Hoy en día, para el gobierno de Mauricio Macri todo le cuesta el doble. El sindicalismo quedó hundido en el tiempo y en la corrupción. En el entongue de sus cabecillas amparados por una burocracia y por la falta de poder político de los gobernantes actuales; y por otro lado se encuentran las diferentes instituciones K que tienen el único objetivo de querer poner palos en las ruedas. Ambos hacen paros generales y marchas con la hipótesis autoconfirmada que tienen el mismo rol que lo tuvieron las marchas de los años 20, 30 y 40. Pienso que lo hacen por convicción de principios, otros creen que es solo para poder mantener sus privilegios de asalariados que viajan a Praga y tienen más de dos propiedades en su patrimonio.

Necesitamos como argentinos superar la cultura de la "viveza criolla" que abunda en la sociedad y por lo ende también en las instituciones. Necesitamos de un sindicalismo fuerte pero también consciente, que luche por los derechos de los trabajadores y no por el mastiquin que reciben por apoyar a X o criticar a Z. Necesitamos de medios que dejen la obscenidad de responder a intereses privados de lucro por encima de la información. Necesitamos de una oposición que reconozca su pasado, que asuman sus hechos y que busquen  construir antes que destruir.  Todo esto es necesario si queremos ser un país más justo, libre y soberano.

Francisco Sola

Asesor Legislatura Porteña / militante de Cambiemos