Opinión

Es tan triste esta vez que no puedo hablar

17/03/2017

Se dijo de todo del recital del Indio en Olavarría: muertes, mala organización, etcétera. ¿Qué más hay decir? Se puede contar lo que uno vio desde adentro y también hablar de música.

por
Brando Bruni

Costó mucho empezar a escribir del recital del Indio Solari después de todo lo que se dijo. Medios que jamás hubiesen dicho nada de la Misa sino fuese por los muertos. Cientos de opinólogos que jamás estuvieron ni cerca de un recital, gritando sus verdades como si fuesen los organizadores de eventos más avezados.

Y si, se puede decir algo más en el mar de información basura, se puede contar lo que uno vio estando ahí adentro.

DIVINA TV FÜRER

Una muerte siempre es terrible y no hay nada que la minimice. Pero es cierto también que si no fuera por las dos víctimas fatales, casi ningún medio se hubiera puesto a analizar cualquier falencia en el recital del Indio Solari. Si nadie hubiera muerto, hoy estaríamos hablando de la "fiesta ricotera" y repasando la lista de temas, viendo todo lo otro como detalles pintorescos.

Los medios, cuanto más grandes peor, mostraron sus colmillos y se mandaron de cabeza a carroñar. Empezando por el horror que se mandó Telam, que sin enviar ningún corresponsal usó como fuente a Twitter para asegurar que había siete muertos. En Canal 13 invitaron a gente que fue al show para bautizarlos como "sobrevivientes". Y la lista de opinólogos, gente que no estuvo ni el sábado ni nunca en una movida así, se hizo interminable.

Hubo dos muertos, es verdad, pero hablar de "tragedia" espanta a cualquiera. Así se entiende a madres, padres, tíos, hermanos, amigos, tratando de comunicarse con quien haya ido, pensando lo peor.

DIOS NO ESTÁ EN LOS DETALLES DE HOY

Hay que decir algo poco simpático: si las muertes hubiesen sido en el pogo, poco se podía hacer y fue algo que podría haber sucedido en cualquier recital anterior de Solari, no tiene que ver con las 300 mil personas que se dice que hubo.

Incluso si no fueron por la avalancha (cosa casi probada), lo más factible es que también hubiesen sido inevitables para la organización, por causas que están muy lejos de lo colectivo, meramente particulares.

Me tocó ver la famosa "avalancha" en el pogo desde arriba, sacando fotos en el tremendo momento en que sonaba "Ropa Sucia". Dio miedo, es cierto. Pero es algo, insisto, que bien podría haber pasado acá en Tandil o en cualquier otra misa. El Indio, en ese instante, hizo lo que pudo, frenar el show media hora.

De otras cosas, muy graves, si se puede hablar y criticar. No caben dudas que la producción (con el visto bueno del Estado municipal olavarriense) falló. Ahora dicen que "se fue de las manos", que era algo "imposible de controlar". Lamentablemente y como gustoso asistente a este tipo de eventos, la única solución era no hacerlo si las condiciones no estaban dadas.

Pero se dijo (y se dice) un sinfín de barbaridades. Fue un error tremendo armar un lugar para 155 mil personas cuando se sabía que la cifra rondaría los 300 mil, pero no se puede decir que no había espacio en el predio. Quien escribe se paró en uno de los costados y en ningún momento sufrí un apretujón o nada similar.

Si, hubo falta de controles en la entrada. Uno de los miembros del personal de seguridad me dijo que a las 20 (dos horas antes del show) dieron pase libre con o sin entrada, algo que se esperaba también. Es decir, si se esperaba, se podía evitar de algún modo, aunque ese sea no realizando el recital.

La salida, también se convirtió en algo caótico para muchos. Los que tuvieron más suerte fueron adivinando el camino sin señalizar, otros temieron lo peor mientras veían un aplastamiento inminente, muchos tuvieron que cortar por patios de vecinos para salir. Buena suerte (y más que suerte) que no haya que lamentar una verdadera tragedia.

Ahora la mirada de la justicia apunta a la producción, pero sabemos que en casos similares no pasó a mayores. Recordemos que la misma productora, con otro nombre, carga en sus espaldas una muerte en un recital de La Renga en 2011, por falta de controles en la entrada (ergo, fallas en la producción), y ahí están, armando eventos masivos una y otra vez.

Y si el Indio tiene algo de culpa, tendrá que hacerse cargo.

Pero todo este mega asunto puede servir para que otros productores, músicos e incluso público en general, vean las cosas de otra manera y empecemos a actuar con un poco más de prudencia. Si eso no es pedirle peras al olmo.

¿SON POR ACASO USTEDES HOY UN PÚBLICO RESPETABLE?

Como cada vez que pasa algo en un recital de rock, el público termina estigmatizado. No hay que ser inocentes tampoco, muchos se zarpan y llevan la "cultura del aguante" a límites bizarros, literalmente rompiéndose, lo que obviamente no ayuda en nada. Pero, ¿cuántos son esos muchos?, ¿un 5 por ciento?, ¿un 10?

Gente en estado calamitoso sin dudas lleva a que sea todo más difícil de controlar.

Pero ¿qué pasa con todo el resto?, esa inmensa mayoría que estábamos con los sentidos despiertos disfrutando de un show.

Hay que aprender a comportarse en eventos de este tipo, si. Y que la oferta excesiva de alcohol y otras sustancias no ayuda en nada, también es verdad. Pero si de algo tiene la "culpa" el público ricotero es de que esto no haya sido una verdadera tragedia.

Si no fuese por como se cuidan todos entre si, por los que guiaron en la salida al resto, por todo aquel que levanta al que se cae y un eterno etcétera, hoy se estaría hablando de algo muchísimo peor.

IMPLACABLE ROCANROL

Nadie (o casi nadie) habla de la música, que es una de las partes más importantes del asunto, porque para la mayoría de los que estuvimos allí, mientras cantó el Indio fue una fiesta, como siempre.

Es cierto que el playlist elegido fue más "tranquilo" que otras veces y también es verdad que a Solari se lo vio como distraído después del cuarto tema. Pero así y todo, hubo altísimos momentos para el arte.

Desde el comienzo, con "Barbazul vs. el amor letal", como tomándose la revancha por no haberla podido tocar acá el año pasado por culpa del desubicado que tiraba zapatillas.

Mostrando su faceta solista, siguieron "Porco Rex", "Arca Monster" y "Chau Mohicano".

"Ropa Sucia" sería el cuarto tema de la lista, donde se armó el tremendo pogo y sus consecuentes caídas. Acá Solari paró el recital reclamándole a la gente que se corra, que deje sacar a quien corresponda.

Media hora de silencio y todos sospechamos que hubo un cambio en el listado, aunque es algo incomprobable. Lo cierto es que siguieron dos clásicos ricoteros, pero de los tranquilos: "Héroe del whisky" y "Etiqueta negra".

La presencia de sus discos en solitario seguiría imponiendose con la seguidilla "Babas del Diablo", "A los pájaros que cantan sobre las selvas de internet", "Habia una vez", "A la luz de la luna" y "Pedía siempre temas en la radio". Aunque seguidilla es una manera de decir, hubo en muchos casos un gran lapsus entre canciones, enrareciendo el clima. Los que estamos ahí nos preguntábamos que pasa, pero cada vez que volvía a sonar la banda, continuaba la explosión.

"Las increíbles andanzas del Capitán Buscapina en Cybersiberia" trajo nuevamente el espíritu redondo, seguido por otro tremendo clásico: "Esa estrella era mi lujo.

De lo que poco se habló en los grandes medios fue de los mensajes que deslizó Carlos, desde las canciones o simplemente hablando. "Todo preso es político" ya dice todo desde el título. Pegadito se animó a hablar de la defensa de los derechos humanos que nos debemos y hasta cuestionó fuertemente el intento de bajar la edad de imputabilidad. Clarito.

Todo volvió a inclinarse a la carrera solista con el infaltable "Flight 956", "¡Todos a los botes!", "Te estás quedando sin balas de plata", "To Beef or Not to Beef" (un saludo para Trump), "El charro chino" y "Una rata muerta entre los Geranios".

En la recta final apareció el desgraciadamente cada vez más actual "Nuestro amo juega al esclavo" y cuando el pogo más grande del mundo estaba en plena ebullición con "Jijiji" y todo olía a fin, lo pegó con "Mi perro dinamita" para sorpresa de todos y quizás el último tema en vivo que toque el Indio. Al menos de acá a mucho tiempo.

Lo dijo durante el recital. "Ya está. Ya no tengo más ganas de tocar. Y no me vengan con bombos ni banderazos", expresó en vivo. En el momento se podía tomar como algo en caliente, del momento, pero la carta que escribió antes de Olavarría y salió a la luz hace poco, da para creer en esas palabras.

Todo es imposible de saber ahora, salvo que si vuelve a haber Misa India muchísimas cosas tendrán que ser diferentes. Como sea, la música no tiene la culpa de nada, ojalá siga sonando.

FOTOS BRANDO BRUNI (CLIC EN LAS IMÁGENES PARA AGRANDAR):

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