Cuando esto se presentó en el HCD, venía precedido de varias reuniones de dicha Organización, que eligió como vocero de la misma al historiador Hugo Mengascini.

Contó con el aval de 2500 firmas de vecinos y el apoyo contundente de distintas organizaciones como el club Ferrocarril Sud, la biblioteca Alberdi, centro cultural La Compañía, Incubadora de Arte, centro cultural La Vía, club Unión y Progreso de Villa Italia y club Excursionistas, entre otros.

Los fundamentos de dicho pedido, eran precisamente el valor fidedigno de éste sector de la ciudad, al ser considerado el primer barrio de Tandil. Poniendo su piedra basal a partir de la llegada del tren, en 1883.

Se podía leer en el expediente presentado, citas de  los cronistas de la época, como lo expuesto por el Dr. Eduardo Fidanza, Juez de Paz y Presidente, en esos años de la denominada Corporación Municipal que decía, "Tandil se ha transformado, el barrio de la Estación ha crecido de súbito, las canteras de piedra hierven de actividad y adoquinan las calles de Buenos Aires y de La Plata, todos los días arriban forasteros a radicarse en Tandil, vacas y ovejas llegan en menos de un día a los mercados metropolitanos, las carretas y las diligencias van relegándose hacia el sur, hacia donde todavía no llegan los rieles".

Evidentemente, se señalaba en otro párrafo de la presentación en la Banca XXI, la influencia del ferrocarril fue enorme. En 1895 Tandil contaba con 14.982 almas, y 20 años después en 1915 alcanzaba los 34.432 habitantes. Mientras tanto, el núcleo poblacional lindero a las vías aumentaba a lo ancho y a ambos lados de las instalaciones de la empresa ferroviaria, a través del ferrocarril se incorporaron numerosas familias cuyos miembros eran conductores de locomotoras, mecánicos, telegrafistas, operarios, empleados administrativos y organizadores de servicios, trabajadores con una preparación específica que provoca un cambio cualitativo en la sociedad de Tandil, al elevar su nivel cultural en tanto que preparaba el terreno para la siembra de ideales, de reivindicaciones y mejoras sociales. En poco tiempo la Avenida Colón se convirtió en un eje de desarrollo urbano a lo largo de 7 cuadras hasta su cruce con la Avenida España, y con un perfil social definido. En el plano social y cultural fueron los ferroviarios junto a otros vecinos vinculados al barrio de la estación los que fundaron en un primer momento el Centro Recreativo Juventud Unida en 1902, primer Centro Social de la ciudad que estuvo ubicado un tiempo en la Avenida Machado y luego en aquella esquina de 4 de Abril y Arana, entonces llamada Provincias Unidas. La Biblioteca Juan Bautista Alberdi en 1916, el Club Atlético Ferrocarril Sud el 6 de junio de 1919 que permitió a sus asociados la práctica de deportes como también el enriquecimiento intelectual a través de la biblioteca anexa al Club. Y en 1925, el Salón de la Confraternidad Ferroviaria que permitió a esta comunidad obrera conquistar la escena, poniendo espectáculos teatrales, el cine, los concursos de cantores, las kermeses al alcance de los sectores populares del barrio en su propio local sindical.

Una de los llamados de atención de ésta propuesta era la construcción condominios en el área que rebasan los dos niveles de altura, que atenta con lo más arriba planteado por una doble causa; por un lado el cambio de escala de la calle y por el otro, la ausencia de una evaluación patrimonial de las propiedades que eventualmente se demuelen.

Hoy seguimos sin contestación, a punto de cumplirse cuatro años de dicho requerimiento. El expediente fue para arriba y para abajo en el Ejecutivo Municipal, hasta hubo reuniones de los vecinos con el Intendente Lunghi, que se mostró entusiasmado con el proyecto.

Esta gestión, con el mismo Intendente revalorizó el espacio verde que está alrededor de la Estación de Trenes, y creó la Plaza Osvaldo Soriano.

Algunas cosas cambiaron para peor. Desde mediados del año pasado, el servicio de trenes de pasajeros de Tandil a Plaza Constitución fue dejado en stand by, según señalaron las autoridades provinciales por los eventuales riesgos de accidente.

Desde junio del 2012, fecha en que el gobierno de la provincia, teniendo como mentor a nuestro convecino Topo Rodríguez, recuperara el servicio, al mismo mes del 2016, no hubo un solo incidente.

Si se midiera todo el riesgo del transporte con la misma vara, los viajes por la ruta 3 deberían haber sido suspendidos hace ya más de veinte años.

Por otra parte, los trenes de carga de la empresa Loma Negra siguen circulando con enorme cantidad de toneladas de cemento en sus vagones, que sin ninguna duda deben pesar más que los pasajeros que se desplazaban en dicho convoy.

Lo positivo del tren cementero, es que por lo menos seguimos escuchando el sonido tan característico del paso del  tren.

En mayo de 2013 se hizo el pedido de declarar "Área de Protección Histórica" al barrio de la Estación, ya es hora de que el expediente deje de dar vueltas "como laucha en un fuentón", como decía el querido "Mayo" Gogorza y se avengan de una vez por todas a dar una respuesta, la dilación en la misma ya es intolerable.

Foto: GONZALO CELASCO