PRINCIPIOS Y CASUALIDADES

Aunque nació en Necochea, la vida lo llevó de muy chiquito a Lobería. De muy chiquito se vio inmerso en el mundo del folclore, cuenta que "arranqué como bailarín a los tres años y estuve hasta los 16. Dejé por esas cuestiones que haces algo de chico y no sabes si costumbre o si realmente te gusta. Cuando dejé me di cuenta que me gustaba, entonces me di cuenta que quería estudiar todo lo que tiene que ver con el folclore". Así, hace siete años armó las valijas y se mudó a Tandil para estudiar dos carreras, Danzas con orientación al folclore y música en el Conservatorio Isaías Orbe.

Al poco tiempo puso a trabajar a su guitarra, dándoles con que bailar a algunos ballets, así se empezaron a gestar los grupos y la rueda no paró de girar. Primero como parte de conjuntos y más adelante como solista, su particular manera de interpretar el folclore y otros géneros se empezó a hacer notar.

De su creciente carrera afirma que "las cosas más lindas, los hitos, se dieron de pura casualidad. Por tener amistad con alguna persona que te dice de prenderte en algún proyecto. Con semejante movida como estoy ahora debe ser hace dos años que arranqué, antes había trabajado con otros grupos y estaba más de atrás. Después decidí ir al frente, con mi nombre, hacerme cargo de toda la música, de repente empezó a funcionar y ahí vamos". Y hablando de esos hitos menciona que "antes de venir para acá no había salido nunca de la provincia. Cuando me instalé en Tandil me llamaron de un ballet y empecé a viajar. Así conocí el sur y el norte. O trabajar con movidas de cine o teatro, cosas en las que no había pensado trabajar". De este modo los escenarios lo empezaron a cruzar con nombres como Peteco Carabajal, Yamila Cafrune o Bruno Arias, según él, "por casualidades, capaz que teníamos buena onda de alguna peña. Pero eso hay que sostenerlo con buen laburo".

CON NOMBRE PROPIO

Como cuenta, desde que arribó a Tandil, Ale y su guitarra formaron parte de varios grupos, pero un día se dio cuenta que tenía que ir al frente y ponerle su nombre a su música. "Venía tocando con cuestiones más tradicionales. Me puse a pensar en la discusión, que se sigue dando, sobre si el folclore se está muriendo o que los pibes no se acercan. Se le echa la culpa a la gente por no escuchar, pero si realmente no conocés algo no te puede gustar. Me puse a pensar porqué no hacerlo al revés, ir nosotros, golpear la puerta y vemos que pasa. Cuando mucho, no gusta, pero por lo menos se le da la oportunidad al folclore de presentarse con gente de otros palos", va explicando.

FOLCLORE PROPIO

Vale decir que Alexander tiene una manera muy personal de interpretar las canciones, incluso las del cancionero clásico del folclore de nuestro país. Con el formato instrumental como bandera, dice lo suyo y se anima a coquetear con muchos géneros. "Como no solamente toco folclore, siempre tengo buena onda con otras bandas, entonces compartimos fechas en distintas movidas y así se fue gestando el circo de juntar distintos géneros. Se han generado cosas muy copadas, el contraste hace que sea muy piola y enriquecedor", dice.

Sabe que en ciertos espacios más conservadores del ambiente donde se mueve, pueden mirarlo de reojo cuando le mete sus arreglos a algunas obras historias, pero comenta que "al folclore mucha gente lo ve casi como una pieza de museo, conservándolo con determinadas cuestiones estilísticas. Así no se ve lo que en realidad es el folclore: todo lo que acostumbra hacer el pueblo. Entonces me permito hacer una chacarera que quizás tiene 80 años, presentarla como es, pero metiéndole otras cuestiones". De todos modos confiesa que con lo tradicional "me he reconciliado, antes nos llevábamos medio a los ponchazos. Todo cambia cuando entienden que uno hace un laburo serio y con respeto".

EN TODOS LOS FRENTES

Además de en los escenarios, a Alexander Echandia se lo pudo escuchar en muchísimas movilizaciones. Relacionado con el Movimiento Patria Grande pero abrazando también otras causas humanitarias, milita y lucha desde donde sabe, tocando.

Dice de las presentaciones tradicionales y sus presencias en las movilizaciones que "comprendí que no son dos cosas distintas. Si estoy en un teatro tocando también hago bajada de línea, no importa el lugar, incluso es más aprovechable donde haya un montón de gente pseudo apolítica. Nunca lo concebí como algo separado, se van dando ciertas cuestiones que quizás el mismo día estoy en un teatro y una movilización. Es plantear que el folclore tiene que ver con todo lo que nos rodea, también con las cosas que nos hacen mal como pueblo, entonces no hay que desligarse de eso. Históricamente los folcloristas han tenido mucho que ver con las circunstancias sociales".

"Hubo momentos, como durante el balotaje, que tocábamos casi todos los días. Puse en la balanza que hacer, corté todos los laburos que daban ingresos y me dediqué a eso. Me pareció una decisión acertada, más allá que las elecciones hayan salido como salieron, por lo menos puedo decir que no me quedé mirando", afirma el guitarrista.

Y hablando de cómo mantenerse en el difícil negocio de ser músico en Tandil, afirma que se puede, se van dando las cosas, que "a principios de enero estaba sin laburo, con un amigo bailarín estábamos pensando que hacer, y sin querer a los dos o tres días nos empezaron a llamar de diferentes movidas y tenemos hasta abril con laburos cerrados".

LA VOZ SIN VOZ

Entre las muchas decisiones que tomó Alexander en su carrera, una de las que más llama la atención, incluso antes de escucharlo, tiene que ver con hacer música instrumental, al menos cuando el show lleva su nombre. Sabe que eligió un camino difícil, incluso confirma que con esto "vamos al muere, no hay manera de venderlo. Vas a las productoras y no les sirve. Mi manera de venderlo ha sido generando shows siempre distintos. Mi sustento viene de trabajar con todas las artes, quizás un día estoy trabajando junto a un artista plástico y otro día con gente de cine o teatro. Me permito todas esas cosas porque es un mismo lenguaje. Lo único que no me permito es trabajar con gente con mala onda, es la única vara, después no tengo ningún drama de compartir. Es muy importante abrir la cabeza, si te quedás en tu lugarcito, se te va a complicar. Si sólo te quedás con que grabaste un disco, hiciste el videoclip y con eso ya está, no vas a laburar nunca, tenés que salir a todos los frente y atacar. Mi objetivo es ?pasé por el mundo del folclore y algo dejé?. Por eso la locura día de querer estar en todos lados".

Para ponerle voz a su música dice que "tenés que proyectar más. Con el Chango Spasiuk compartimos un montón de ideas con respecto a eso, en el laburo que hicimos para la película. Me parece interesante abarcar lo instrumental, lavarle un poco la cara. A mi me gusta tocar y que no haya distancia con la gente, no hay que subir en andas a ningún artista. Suelo cantar, pero me parece más interesante hacerlo como una guía para que cante la gente. Me resulta más entretenido y cortás con la cuarta pared".

UNA VALIJA LLENA DE PROYECTOS

En los últimos tiempos, Alexander no paró de laburar. Basta con ver la agenda artística de cada fin de semana, y aparece muy seguido. Eso sin contar las actuaciones en otras ciudades o junto a ballets. Además, se le suman aportes en otros ámbitos, como el cine, donde por ejemplo participó con su música del documental "Custodios del territorio", el cual profundiza en la temática de la contaminación por plomo en los humedales de Santa Fe y Buenos Aires por la caza de aves. Este es un proyecto que articula la UNICEN con otras universidades, además de gente de Vida Salvaje de Estados Unidos, y tuvo su estreno oficial en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. "El año pasado conocí a unos estudiantes de cine, una amiga les comentó que tenía un disco, se los acercó y me invitaron para ceder alguna canción. Me comentaron la temática y me pareció muy interesante e importante. Después, me preguntaron cuanto les iba a cobrar y como me pareció algo que está muy bueno par difundir, decidí no cobrarles nada. Ahí nomás me dijeron que otra persona había tomado la misma decisión y era el Chango Spasiuk", dice, orgulloso.

Siguiendo con esto de juntarse con gente de otros palos, se sumó a un proyecto de investigación, también con la Universidad: "Se encontró un archivo de fotos de prostitutas de Tandil, que lo llevó a cabo el Municipio. A partir de eso se hizo una investigación histórica, y desde el arte se buscó representar las fotos. Nos permitimos que sean disparadores las actrices o la música", explica sobre el trabajo que tiene como fin una obra teatral dirigida por Gabriela Pérez Cubas y Javier Lester.

En lo estrictamente musical, cuenta con dos discos solistas y otro más en el que ya está trabajando. Sobre la última producción, grabada el verano pasado y que se puede escuchar en Youtube, explica que "fue un experimento. Mi hermano fue el técnico, justo se había recibido. Intentamos ver que pasaba si grabábamos, en vez de en un estudio, en un cuarto que tuviera buen sonido. En un estudio se trata que sea todo lo más limpio posible y después se mete todo lo otro. Queríamos grabar en un lugar que suene de determinada manera, permitirnos abrir las puertas para ver que ocurría con el sonido ambiente. Salió lindo, hay cosas bien logradas, como una zamba de Yupanqui, "La Añera", donde escuchan ruidos de pajaritos y otros sonidos de pueblo. En la versión de "Plegaria para un niño dormido" se quedó como un pajarito interviniendo, que parece que contestará".

"Es lo que busco en cada disco, que suene lo más natural posible, que sea real, como si esa persona estuviera tocando al lado tuyo. El disco además de un manifiesto y un montón de cosas, es más que nada una compañía", sigue comentando de ese laburo.

El futuro cercano lo encuentro yéndose para el sur, en principio de vacaciones, pero sabe que su guitarra sonará, ya sea por entretenimiento o por alguna causa. Por ejemplo, sabe que tocará en El Bolsón, lugar de álgidos conflictos por estos días. "Hay movidas en las que tenes que estar, porque aportás algo", afirma.

Siguiendo con su cronograma, en febrero lo espera una parada importante en Capital Federal, para participar de la Bienal de Arte: "Fui seleccionado junto a otros 100 artistas (digo artistas por ellos, a mi no me gusta decirme así) de distintos rubros, músicos somos unos 20. Eso es una residencia donde habrá charlas y conferencias, cumplido ese ciclo, se puede presentar un proyecto de un espectáculo o un disco. Hay ganadores en cada lenguaje artístico, en música te puede producir un disco Luis Gurevich y te hacen la difusión. Compartís con un montón de gente de todo el país, está bueno para ampliar no solo el laburo de uno, sino las cuestiones que uno quiere poner sobre la mesa en discusión".

Luego le tocará ser parte de nuestro Festival de la Sierra y de vuelta a Capital con fechas en algunos escenarios y "seguramente aproveche para acompañar un par de movidas, por ejemplo, está la carrera de Música Popular y Derechos Humanos, que se da en la ex ESMA, están bastante complicados, les han sacado los subsidios".