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Historias mínimas: Claudio Martínez, el colectivero buena onda

09/01/2017

Una linda apostilla de nuestra ciudad que tomó estado público en las redes sociales y vale la pena compartir.

Josefina Cuzzucrea es una vecina que gusta de escribir y relatar aquellas cosas que le llaman la atención.

En este caso se ocupó de un chofer de colectivo, del cual ni siquiera sabía su nombre, pero le bastó verlo trabajar y relacionarse con los pasajeros.

Su publicación comienza contando de donde nace esta historia: "Tomo el colectivo 505, casi todos los días desde hace varios años, conozco los rostros de todos los choferes, unos más serios, otros más simpáticos y otros que directamente parecen estar programados para hacer el recorrido y no emitir palabras durante todo el camino, no les sacas un ''buen día'', o un "buenas tardes" ni por casualidad, pero hay uno en particular que me genero tal emoción que hoy me hizo sentarme a escribir sobre él y su tan grandiosa amabilidad, quien teniendo todo, o quizás sin tener nada, da con tal de ver a sus pasajeros sonreír".

Tan simple como devolver una sonrisa o tirarle buena onda a otra persona. No hay grandes secretos.

Como decíamos antes, Josefina ni siquiera sabía el nombre de Claudio. Su identidad surgió después con comentarios.

"No sabía su nombre hasta ayer que uno de los pasajeros se despidió por la puerta trasera del colectivo (cosa muy rara, porque no sé, uno cree que porque se baja por una puerta diferente o que está más lejana al chofer no hay que decir al menos un ''chau, gracias''), diciendo: ''Chau Claudio, nos vemos''. Parecía como un colectivo de familia, cada persona que subía y veía el rostro del chofer, así viniera de tener su peor día, automáticamente se le dibujaba una sonrisa al verlo, era como una especie de intercambio, él siempre alegre, y los pasajeros respondiendo igual al verlo. No sé, pero a mí me encanta la gente que da, y no espera nada a cambio, que con su alegría contagia. Él parece ser de esas personas", escribió.

La gente enseguida se copó con su publicación y empezó a enviarle mensajes a Claudio por su simpatía. Por ejemplo María Mey Rodríguez, quien agregó "Me tomo el atrevimiento de comentar: la misma impresión me causo este chofer hace unas semanas atrás. También me llamó la atención cómo saludaba al subir y bajar pasajeros, el empeño que puso para orillar bien contra el cordón para que baje una señora, y con nosotros mismos, que iba con mis dos hijitos pequeños, muy paciente para esperar que subamos y bajemos. Me alegro que le hayan hecho llegar las palabras de esta mujer, y me sumo. Y me contagio".

En medio de tantas noticias que tiran para abajo, nos pareció lindo resaltar esta buena acción. No solo la simpatía de Claudio, sino también el gesto de Josefina.

Porque de esto se trata, como bien dijo ella en el final de su exposición:  "Ayer de Claudio aprendí que uno puede alegrarle el día a muchas personas con una sonrisa y con un gesto de amabilidad, y que la felicidad está muchas veces en hacer sonreír al de al lado, aunque no lo conozcas, aunque ni sepas su nombre, seguro esa persona se va a acordar de vos, así como yo del chofer del 505 que tantas veces con sonreír y decir ''que tengas un buen día'' me ha hecho sonreír a mí también. Cada quien hace con su sonrisa el cambio...".

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