PERSONAJE DE LA SEMANA

Volver al barrio

30/11/2016

Alberto "Pato" Pisani es nuestro #Personaje de la Semana. El recordado profe de educación física marcó una época como jugador de futbol y docente. Pintón, elegante y divertido, Pisani sembró amistades allí por donde anduvo. Hace poco volvió a su querido Barrio de la Estación y fuimos a visitarlo para recordar viejas épocas.

por
Mauro Carlucho

"No sabes qué alegría tengo de haber vuelto al barrio. Aparte, mirá - sale al balcón y señala en dirección al predio de Obras Sanitarias - ¡hasta veo la cancha de Ferro!", nos dice entusiasmado, ni bien entramos al departamento que habita sobre la avenida Machado.

"Hace un año que volví al barrio. Las vueltas de la vida. Pero que te voy a decir, esto me encantó siempre. Por estas calles pasé mis años más felices. No te puedo explicar lo feliz que fue mi infancia. Los amigos, el futbol, Ferro. Apenas si gateaba y ya andaba adentro del club. No me voy a olvidar nunca de esas historias", relata.

Los Pisani vivían en 4 de abril al 1500. El padre, Carlos Eugenio, era maquinista ferroviario y su madre, Pierina, ama de casa.

"Acá nos criamos entre ferroviarios. Mi tío también era ferroviario, una tía en Buenos Aires. Era de familia el tema. Los hombres se juntaban en el club a tomar una copa o jugar a las barajas. Algunos esperaban el llamado para entrar a trabajar y otros recién salían. Me encantaba el ambiente del club. En verdad toda esta zona era impresionante. Porque la estación traccionaba mucha gente. Estaban los turistas que llegaban, la gente que se iba. Teníamos muchos hoteles en la zona, ni hablar de las pensiones. Esto era un mundo de gente", recuerda mirando por la ventana hacia la placita Osvaldo Soriano.

La vida de club era muy importante a mediados del siglo pasado. Hoy lo sigue siendo, pero bajo otras características. "Los del centro iban al Santamarina, pero acá éramos todos de Ferro.  Los ferroviarios era gente con una cultura extraordinaria. La mayoría había hecho hasta cuarto grado pero sabían un bolazo de todo. Tenían una caligrafía perfecta. Ferro era un club social y deportivo. Son recuerdos imborrables que uno atesora".

El futbol estuvo desde siempre en su vida. Por supuesto, hincha fanático de Ferro en nuestra ciudad y de Racing en el futbol grande. Es imposible cruzarse al Pato en la calle y que no salga algún comentario sobre su querida academia.

"Solamente con los pibes de la manzana armábamos un equipo de futbol. No necesitábamos nada más para ser felices. Íbamos al potrero de Artero o en lo de Reche. Acá en la estación también, las calles eran de adoquín", nos dijo. Le preguntamos quien era el jugador más destacado y por supuesto que se menciona primero. Al rato hace memoria y nos habla de Don Coco Sarasola, vieja gloria del tricolor y vecino del barrio. "Es una leyenda de Ferro. Llegué a jugar con él cuando debuté en primera a los 17 años", sostuvo.

Pisani no solo era bueno jugando al futbol, desde chico tuvo gran facilidad para el deporte en general. Por eso no extrañó que haya elegido la carrera de educación física como oficio para toda su vida.

"La primaria la hice en la Escuela Normal y la secundaria en Comercio. No había terminado la escuela y ya jugaba al futbol en la primera de Ferro. Era un orgullo. Pero la carrera la elegí por Luis Maldonado, un profesor que me marcó".

En aquella época solo había tres institutos para estudiar educación física. El más próximo estaba en Buenos Aires. El Pato se presentó a un examen de ingreso y ganó una beca para estar como interno.

Estuvo un año en San Fernando y decidió volver a cumplir con el servicio militar. Había algunas dudas sobre el futuro, pero rápidamente se despejaron.

"Cuando colgué la carrera, ese año, me di cuenta que era lo mío. Me proyectaba dando clases, cerca del deporte. Era lo que me apasionaba. Cuando volví a Buenos Aires me fui a vivir con Luis Quintela y Petete Bruni. Nos divertíamos mucho y la pasé realmente bien. Los fines de semana seguía volviendo a Tandil para jugar al futbol. Me hacía unos pesos que me ayudaban a bancarme los estudios. Íbamos y volvíamos de Buenos Aires en tren. Viajábamos muchos amigos, estaban los de Loma Negra que se subían en la estación de Temperley. Era un grupo bárbaro. Recuerdo que sobornábamos al de seguridad para pasarnos al pullman. El Fiat salía a las 19 de Constitución y llegábamos a las 00 a Tandil. Tardaba menos que los colectivos. Hoy es una tristeza que no tengamos el tren. Son cosas que uno no entiende. Dejaron venir abajo las vías, se desarmó todo", se lamenta.

Su carrera futbolista la hizo casi íntegramente en el club de sus amores. Salvo una temporada que jugó en Independiente. Había conseguido trabajo como profe con los rojinegros y Duggan Martignoni insistió demasiado para que juegue con ellos.

"Ese año que jugué con ellos le ganamos a Ferro y encima yo hice el gol. Todos me venían a felicitar y yo me quería matar. Tenía una amargura", recuerda. Pisani se destacó como volante central en su primera época y luego con Aldo Villar de DT pasó a jugar de zaguero.

"No me ensuciaba nunca. Tenía buena presencia, cabezazo y siempre la devolvía redonda. Federico Sacchi era mi ídolo. Cuando salimos campeones con Ferro después de 18 años fue una locura". Ese equipo quedó en la historia. 

La docencia y los interbandos de Comercio

Como docente logró una trayectoria ejemplar. No solo tuvo un gran recorrido por las escuelas locales, sino que también trabajó incansablemente con las colonias de verano y en los clubes. En Ferro, por ejemplo, creó el departamento de educación física.

Su primera escuela fue la N° 503. Pero su sueño era llegar a la Normal, la que había sido su escuela.

"También hice una carrera administrativa, pero lo mío era la docencia. Estar con los alumnos. Mi formación en el instituto fue extraordinaria. Los profesores eran tipos que estaban en los libros. Eran muy estrictos y pedían mucha responsabilidad. Después cada uno le da su impronta al trabajo. Pasé por la Escuela 1, por la 37, la 34 y la 14. Pero recuerdo con gran cariño mi paso por Comercio. Aparte de dar clases, me gustaba generar proyectos nuevos, salir un poco del aula. Antes se hacía la fiesta de educación física a fin de años. Se llamaba "La muestra". Era algo espectacular. Un año organicé todo el evento con alumnos de todas las escuelas. Lo hicimos en el estadio y fue algo muy grande. En Comercio propusimos los Interbandos y es algo que los chicos que lo vivieron lo recuerdan con mucho cariño. Los Interbandos era un proyecto integrador que surge del departamento de comunicación y expresión. Había gente de artística,  de idioma y los profes de educación física. Lo empezamos en el año ?89 o ?90 y los sacaron hace cuatro o cinco años". Casualmente cuando Pisani se retiró de la escuela. "Me da mucho orgullo haberlo comenzado", agregó.

"Era muchísimo el laburo, pero estaba buenísimo. Las veladas eran increíbles. Tuvo mucha trascendencia y quedó en la memoria de los alumnos. Después se cayeron como un síntoma de lo que pasa hoy en día. Yo no hubiera dejado que lo saquen. Era parte de la historia de la escuela. La educación está mal desde hace 20 años. Es un proceso de caída continua. No entiendo la relación que  se generó entre docente y alumno. No hay ningún tipo de respeto. Va atado a la realidad del país. No es casualidad que estemos así  en Argentina. Hace 20 años que venimos fallando en la educación. Tampoco veo mucha vocación en los docentes, no me gusta", reitera.

El club de mis amores

Volvemos al balcón y seguimos hablando de futbol. "Los de Ferro estamos volviendo a los viejos tiempos. El club esta espectacular. Yo creo que si se tuviera que elegir al dirigente del año en Tandil, no tengas dudas que sería Ezequiel Lester. Además, tiene un equipo bárbaro. Es extraordinario lo que están haciendo. Lamentablemente hubo que pagar 10 años de intervención y de retroceso. Pero ahora estamos volviendo, tanto en lo deportivo como en lo social", dijo.

Por supuesto que también aprovechó la ocasión y les envió un recado a los dirigentes. Como para que no se endulcen tanto: "Nos falta el campeonato de futbol. Hicimos una buena campaña, pero no es lo mismo. Ferro siempre fue una potencia en futbol. Lo demás puede estar bien, regular o mal, pero el futbol tiene que salir campeón. Este año le ganamos a Santamarina y lo disfruté mucho, pero hay que salir campeón. Es difícil y hay clubes que nos llevan ventaja. De a poco van mejorando las infantiles y se empieza a armar un proyecto. Pero falta. Es un proceso que nos va a llevar tiempo".

Antes de despedirlo hablamos de la familia. Nos habla con mucho amor de sus hijos y nos agradeció por la visita.

Su imagen es la misma que hace 20 años. Pintón, elegante.  "Siempre fui prolijo. Me gusta verme bien. Es un estilo de vida. Me cuido, voy al gimnasio, camino. Quiero estar bien por mí y por mis admiradoras", dijo sonriente.

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