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Banco de Alimentos Tandil: Menos hambre y más futuro

30/09/2016

Todos los días se desperdician miles de kilos de comida por diversas razones, alimentos que podrían ir a la mesa de muchas familias y niños que no tienen los recursos necesarios para consumir las cuatro comidas diarias que aseguran una buena nutrición.

por
Rodrigo Podestá

De acuerdo a las últimas estadísticas, el 30% de lo que se produce en el mundo para comer termina en un tacho de basura. El Banco de Alimentos se creó con el objetivo de dar una solución a este enorme e injusto desperdicio, como ellos mismos lo explican "funcionamos como un puente entre aquellos que sufren hambre y quienes desean colaborar a través de un canal transparente y eficiente que garantice que las donaciones llegarán a quienes más lo necesiten. Para eso solicitamos la donación de alimentos aptos para el consumo humano, los almacenamos, clasificamos y distribuimos, entre organizaciones comunitarias que brindan servicio alimentario a instituciones".

Hoy el Banco de Alimentos de Tandil (BAT), uno de los tantos Bancos que hay en el mundo, colabora con la alimentación de más de 20.000 personas en nuestra ciudad y localidades cercanas.

Todo nació luego de la crisis del año 2001 en nuestro país, momentos de mucha incertidumbre y dolor en la comunidad, el desempleo y una economía colapsada generaron una reacción solidaria en distintos puntos de la Argentina, donde surgieron comedores y merenderos para asegurar la alimentación de familias enteras que no tenían recursos para llevar un plato de comida a sus casas. Aquí, en Tandil, dos amigas, Clara y Victoria, Clara Luro y Victoria Ballester, se pusieron al frente del Rincón Solidario, un comedor de la iglesia María Auxiliadora. Iban casa por casa tocando puertas y buscando donaciones de alimentos para los chicos que iban a comer todos los días. Al poco tiempo consiguieron tantos alimentos que los fueron repartiendo en otros comedores, y buscando en Internet la forma de ser más eficientes en ese reparto encontraron algo que se llamaba "Banco de Alimentos" y descubrieron que un Banco de ese tipo había sido inaugurado por primera vez en Buenos Aires en diciembre de 2001. Se contactaron con los organizadores y les pidieron consejo para abrir uno aquí, en Tandil.

"En mayo de 2002 se inaugura y se comienza a trabajar según el modelo del Banco de Alimentos que es colaborar con instituciones y no con personas directamente. La función es rescatar alimentos aptos para el consumo pero que por diversas razones perdieron su valor comercial, ya sea porque están cercanos a la fecha de vencimiento, porque están discontinuados o porque son estacionales, como por ejemplo el pan dulce y los turrones en la época de las fiestas", explica Mario Bañiles, Director Ejecutivo del BAT.  "El Banco rescata esos alimentos, los almacena y luego los distribuye juiciosamente entre instituciones sociales, a cambio de esa distribución el Banco les pide una contribución que permite financiar una parte de la estructura para que pueda funcionar y también es una forma de que las organizaciones que los soliciten valoren lo que reciben y puedan acceder a alimentos a un costo menor que en otros comercios". 

Hoy la Fundación Banco de Alimentos Tandil es miembro de la Red Argentina de Bancos de Alimentos y es parte de la Red Global de Bancos de Alimentos, Global Food Banking Network, con sede en Estados Unidos.

Mario explica que por las propias características de la ciudad y la zona han logrado generar un modelo de trabajo particular, "al estar en Tandil, en una zona agrícola y ganadera, se ha logrado generar lo que nosotros llamamos una "cadena solidaria", donde tenemos socios solidarios, eslabones solidarios que nos dan cierta logística y estructura para recibir donaciones de productos primarios, ya sean cereales: trigo, maíz, soja, girasol, a través de acopios, y de vacas de conserva que tienen poco valor comercial y junto a dos frigoríficos podemos procesar esa carne, picarla y congelarla". De esta forma, cuentan con una base de datos de las instituciones con las que trabajan, donde conocen el servicio que ofrecen, cuántas personas se alimentan, y a partir de estos datos distribuyen los alimentos de la forma más conveniente para cada organización.

"Funcionamos gracias a 3 pilares fundamentales, uno es el voluntariado, si no hubiera voluntarios que son los que trabajan diariamente para que esto pueda funcionar, esto no se podría llevar a cabo. Luego están las instituciones que son las que trabajan en los barrios y donde nosotros somos solo un nexo entre lo que se desperdicia y lo que se necesita. También si no fuera gracias a las instituciones que conocen la problemática, conocen el rostro de los que necesitan, no tendría sentido este trabajo, y el tercer pilar son los donantes que nos brindan los recursos para poder llevar adelante la tarea", explica Mario, quien se acercó a la ONG cuando estudiaba la carrera de Contador en la UNICEN y buscaba realizar una práctica profesional y poder ayudar desde los conocimientos que iba aprendiendo en la Universidad, "justo ese año que se inauguraba el Banco salió un sistema de prácticas no rentadas, que se llamaban "Prácticas Solidarias", y como nunca había tenido una pasantía o nada relacionado con mi carrera, quería tener una primera experiencia,  y junto con mi señora fuimos los primeros en hacer una práctica solidaria de ese tipo y así es como llegué al Banco de Alimentos", cuenta, "la verdad es que todo lo que proponía se podía hacer así que generé un gran sentido de pertenencia con la organización y me fui enamorando del proyecto". Mario, junto a un gran equipo de trabajo y voluntarios, permite que cada día se mueva la rueda y lleguen miles de kilos de alimentos a más de 148 instituciones de Tandil y la zona, a Azul, Olavarría, Ayacucho, Rauch, Benito Juárez, Lobería, Fulton, Vela, Barker y San Manuel.

"Es una experiencia muy linda y muy gratificante, más allá de la actividad, la gente que conocés todos los días, de las distintas instituciones es invaluable. Conocés muy buena gente y eso no tiene precio. Y poder trabajar de lo que te gusta y con gente que tiene la mejor onda para ayudar al prójimo es lo mejor que hay", cuenta Mario. "Empecé como voluntario un año, luego me retiré para terminar los estudios, y luego me convocaron nuevamente para ser parte del equipo de trabajo. Y a partir del año 2005 empecé a trabajar como Director Ejecutivo".

El sistema es simple, las instituciones llaman y de acuerdo al stock del momento se les va ofreciendo alimentos de acuerdo a sus necesidades, ya sea un merendero, un comedor, una escuela, se arma un pedido, se les da un día para que lo puedan retirar y la organización pasa y retira su mercadería.

Hace algunos años también desarrollaron un programa muy querido e importante para la ONG del que nos cuenta Mario, "tenemos un Programa que lo hacemos junto al Banco de Alimentos de Mar del Plata en donde realizamos un rescate de frutas y verduras en un mercado concentrador de Mar del Plata. Ahí tenemos un puesto de recepción donde tenemos tres personas, una que recorre los distintos puestos y detecta la fruta o verdura que esté por ser sacada o decomisada, las retiran y las llevan a nuestro puesto y las otras dos personas la clasifican y la repasan, sacan las hojas feas por ejemplo, desechan lo que está en mal estado, y todo eso que se junta se reparte en Mar del Plata y en Tandil. Es un programa del que estamos enamorados porque es Banco de Alimentos puro: se rescata algo que iba ser tirado y se distribuye en el momento, y además estamos distribuyendo productos muy nutritivos como son las frutas y las verduras. Hoy el 30 % de lo que estamos dando a las instituciones son frutas y verduras, y eso nos pone muy contentos porque cuando arrancamos eran solo harinas o galletitas, que si bien solucionan el tema de "llenar panzas", teníamos el desafío por delante de no solo llenar panzas sino nutrir".

 

Programa Cocina para Madres de Comedores

Este programa que promueven desde el Banco de Alimentos Tandil busca mejorar la alimentación nutricional que se brinda en los comedores de la ciudad, el objetivo es capacitar mediante talleres tanto al personal de cocina de los comedores como a las madres en temas relacionados con el aporte nutricional de los diferentes grupos de alimentos, almacenamiento y conservación, higiene y seguridad de los alimentos.


"Somos una red y nos ayudamos unos a otros a formarnos y crecer. A nivel mundial los Bancos tenemos una doble función: la que no se tire comida y que llegue a dónde tiene que llegar, y lo hacemos a través de instituciones que trabajan en los barrios. Hoy no solo trabajamos con comedores y merenderos sino con hogares convivenciales, con jardines y escuelas públicas, con iglesias donde no importa el credo. También nos fortalece ser parte de Mesa Solidaria Tandil, ya que podemos articular acciones con otras organizaciones que trabajan en otras problemáticas", explica Mario Bañiles. 

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