Opinión
04/07/2016
¡Buenos días para "todos y todas"! Así empezaba sus discursos CFK, engañándonos de entrada.
por
Federico Romera
Cualquier hispano parlante sabe que el uso del vocablo "todos" es inclusivo pues incluye al
femenino y al masculino: niños, niñas, viejas, viejos, pintores, heteros, gays, judíos, negros,
negras, científicos, cojos, peronistas, radicales, gorilas, carpinteros,
mecánicos, albañiles, gasistas, jueces, travestis, hermafroditas, enfermeras,
andróginos, monjas, putas, dentistas, feministas y sepultureros, entre bastantes
otros. El uso del "todos y todas" fue, no sólo el primer engaño cristinista,
más bien fue la síntesis acabada y perfecta del "relato": algo que se dice para
expresar una cosa que en realidad es otra totalmente diferente.
El uso del "todos y todas" no fue para descalificar por
machista a la lengua de Cervantes: se utilizó para posicionar y destacar el
valor de las mujeres, lo que supone defenderlas, apoyarlas, hacerlas
partícipes, sentirlas pares.
El "todos y todas", no une. Divide. Hombres-mujeres,
macho-hembra. Es el embrión de la famosa grieta.
Ya ven: se dijo -y pareció- una cosa. La realidad fue otra.
Palabras tan nobles como "inclusión social", "derechos
humanos", "federalización de la obra pública", fueron usadas hasta el hartazgo
por el modelo kirchnerista que tuvo motivos distintos a lo que expresan, en sí
mismas, para utilizarlas: con ellas se tejieron maniobras corruptas para
quedarse con los fondos del Estado.
Otras frases no tan nobles como "década ganada", "no fue
magia", "la patria es el otro", "un país con buena gente", "¿Qué te pasa,
Clarín?","Los piquetes de la abundancia", "Vamos por todo", "tipo de
cambio competitivo", también fueron parte del discurso apasionado de la "era
K".
Un discurso vacío de contenido y resultados: los pobres
seguimos siendo pobres con celular en la mano, algún viaje al exterior y con
temor a quedarnos sin trabajo; los ricos se hicieron cada vez más ricos, con
más dinero en el exterior y pagando menos impuestos que antes; los ignorantes
fueron cada vez más ignorantes; los enfermos se enfermaron más por falta de
insumos? la policía fue más delincuente que nunca; aumentó el alcoholismo; la
drogadicción se agravó y pasamos de ser país de tránsito, a país de consumo y
producción de estupefacientes; hubo más accidentes viales; no crecieron los
ferrocarriles pero sí las villas; nos quedamos sin gas, sin luz y sin teléfono;
no tenemos tránsito fluvial, los chinos depredan las costas mientras los barcos
de la marina se hunden amarrados en el puerto; la educación pública empeoró
notablemente a pesar de las netbooks; desapareció la cultura del esfuerzo y el
respeto por el otro? y en fin, todo se fue viniendo abajo.
Bajo tierra, como los bolsos de López y De Vido.
Se entienden algunos
logros de la decáda pasada: las jubilaciones, el subsidio ¿universal? por hijo,
las netbooks para las esuelas, el aporte en Arte, Ciencia y Tecnología, etc (no
tantos etcéteras).
Lo que me indigna es el cómo y el para qué: en el rubro que
conozco por ser mi fuente de trabajo, el Estado pagó por las netbooks el mismo
precio al que las vendía un pequeño comerciante al público, comprándolas en
"mayoristas". Algo huele mal, y el ¿para qué? Supuestamente para educar gente,
realmente para enriquecer a empresarios y funcionarios: como en el principio de
la nota, el discurso, más que discurso es "verso".
Y doy fe que el
discurso ¡funcionó!. Hay gente kirchnerista hasta la médula, capaz de
justificar lo injustificable: Hernán Brienza (periodista ultra K) dijo
textualmente: "La corrupción - aunque se crea lo contrario- democratiza de
forma espeluznante a la política. Sin la corrupción pueden llegar a la política
aquellos que cuentan de antemano con recursos para hacer campañas políticas".
Deja sin palabras, esta "confesión".
Creo que la respuesta me la dio mi madre, mujer leída, de
Misa Dominical y catequista: "ser K -me dijo- es como creer en la Resurrección
de Cristo. Preguntame si Jesús resucitó y te voy a contestar siempre que sí, ¡a
morir!. Y no me vengas con cuestiones científicas, hallazgos antropológicos,
Don Brown, y la mar en coche. Cristo resucitó y punto. Es una cuestión de fe,
que VOS NO PODÉS ENTENDER".
Esa es la clave: el kirchnerismo es como la misa del Indio
Solari. No se la puede entender, es un acto de fe.
En el kirchnerismo, además, es fe ciega. No hay teología
capaz de explicarla.
Tanto como para que se diga "es solo gente contando plata",
o "no se metan con Cristina".
Han endiosado el relato.
Gracias a Dios, los adeptos cada vez se parecen más a una
secta que a una religión.
Por suerte uno puede comparar Y REFLEXIONAR:
Lean los discursos del PEPE MUJICA Y VEAN LA CHACRA DEL PEPE
MUJICA.
Lean los discursos kirchneristas y MIREN LA CHACRA DE JULIO
DE VIDO.
Entonces con el debido respeto?¿ pa? qué mas hablar?.
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