Tandil es una ciudad progresista desde sus inicios. Esa condición se mantiene sin dudas hasta el presente, pese a no quedar ajena de la problemática nacional.

En esta época, estamos ante un punto de transición, porque seguimos siendo una ciudad de servicios que debe llegar a ser una de facturación.

Ahonde en este concepto, por favor.

Las ciudades "facturan" a partir de los 200 mil habitantes. Nosotros con 160 mil seguimos siendo una ciudad NI. Ni una cosa, ni la otra.

Mucha gente no lo entiende, pero entre 160 y 200 mil habitantes no hay tanta diferencia en cuanto a los problemas que se pueden generar, pero si habrá una mayor facturación en su economía.

Hay empresas o grandes cadenas que no vienen a instalarse a Tandil por que no llegamos al número de habitantes. Lo determinan sobre la investigación que brindan los estudios de mercado y la evolución de la economía.

Esta idea va en contra de lo que quieren muchos tandilenses...

Pero es como yo te digo. Si no queríamos crecer, o preferíamos seguir siendo un pueblo, nos tendríamos que haber quedado en 80 mil habitantes y chau problema. Ahora que llegamos a este número tenemos que crecer hasta los 200 mil para que se siga desarrollando la economía.

Yo no quiero un Tandil de 400 mil habitantes, pero si uno de 250 mil.

¿Para donde se debe expandir la ciudad?

Tandil está creciendo para el noreste y debe seguir en esa sintonía. Cruzando la ruta 226. Hacia allí será más fácil llevar los servicios. Pero también hay que desarrollar la concentración en los centros urbanos. Pensemos que la zona de la estación tiene los mismos servicios que el centro, el mismo potencial, pero no se desarrolla. Es un barrio detenido en el tiempo. ¿Por qué no podemos pesar en que siga los pasos del centro?

Está proponiendo todo lo contrario a lo que busca la organización barrial...

Ojo, no me malinterprete. A mí me gusta preservar, pero con lógica. Hay casas y edificios históricos o con un estilo que vale la pena conservarlas. Pero hay muchas casas de tipo americano, de 2 metros y medio de altura, que no guardan ninguna lógica.

Para lotear más lejos se necesita más dinero. Hay que llevar los servicios, y no hablo solo de la luz y el agua. También hay que hablar del transporte, la recolección de residuos.

Por eso digo que no hay que desperdiciar lo que ya tenemos. Desarrollar una zona  nueva nos lleva 20 años y todavía quedan espacios en el centro urbano para aprovechar.

Hay que proteger, hay que ser ordenados, pero debemos pensar en el desarrollo de la ciudad, en lo mejor para el vecino.

Con esto que dije no vayan a pensar que quiero tirar abajo la estación. Como tandilense no quiero perder estos lugares históricos. Lo mismo para la casa de los Blanco Villegas, El Brazo, el Teatro de la Confraternidad y muchas casas con un estilo característico. Pero son espacios puntuales, hay muchas cuadras que viven dos personas en 600 metros cuadrados y en casas casi derruidas.

En definitiva, me parece que tenemos un desarrollo postergado en esa zona. Donde todavía falta encontrar el equilibrio entre las distintas partes.

El Plan de Ordenamiento Territorial tampoco permite el crecimiento en estos puntos. Todos coincidimos en que hay que buscar un orden, pero no de esta manera.

Fuiste y sos un gran crítico del Plan de Ordenamiento Territorial. ¿No escucharon a los martilleros?

Cuando se estaba discutiendo el proyecto me tuve que levantar de la mesa porque era cualquier cosa. Había gente de La Plata haciendo hincapié en una ciudad de los Estados Unidos, no tenía nada que ver con nuestra idiosincrasia.

Pasa que mucha gente habla por hablar, algunos no se cansan de repetir que va a explotar el centro por los edificios. Una gran mentira, porque ahí es donde menos se utilizan los servicios. Vive menos gente en el centro que en el barrio Falucho. Se utiliza menos gas, porque es comercial y es más caro.

Hay que hablar sabiendo del tema. 

¿Cómo viene el sector con el cambio de gobierno?

Hay un desacelere marcado que comenzó hace 3 o 4 años. Se siguió construyendo pero debido a compromisos asumidos previamente. La construcción genuina, de las empresas tradicionales, está totalmente parada.

Ahora empiezan algunas consultas y nos ilusionamos con una mejora, pero hubo un quiebre pronunciado a partir del 2011.

Es necesario saber para donde irá el país, tener previsibilidad. Desde nuestros abuelos se piensa que la mejor inversión es en ladrillos, pero cuidado. Hay que ver cada momento. A largo plazo siempre es recomendable, pero hoy las empresas del sector están muy complicadas. Tienen una gran estructura y con los vaivenes de la economía se hace muy difícil mantenerla.

Las empresas genuinas de la construcción nunca tenemos apoyo. Estamos solos en la selva, como decimos siempre. Creo que hay que apoyarlas en estos momentos de quiebre. Hemos hecho un gran esfuerzo para llegar hasta aquí. Financiamos propiamente, tenemos muchos empleados,  damos trabajo y pareciera que somos los malos de la película. Además quiero remarcar que trabajamos genuinamente, acá no hay plata de la política, ni cosas raras.

Volvamos por favor al otro lado de la Ruta 226. ¿Fuiste un  visionario con el proyecto de Palermo Norte?

No sé si tanto, pero la ciudad tenía que crecer para ese lado. La primera revolución en la zona se dio con la reforma en la avenida Actis y en segundo lugar llegamos nosotros. Estamos haciendo 208 casas y ya entregamos 108. Empezamos en el año 2012 y el barrio Palermo era otra cosa.

No tengo dudas de que la avenida Actis será un polo comercial. En dos o tres años va a ser como Colon. Tiene todo para seguir creciendo.

¿Cuál pensás que es la mayor virtud de tu empresa?

Con mi socio venimos de dos familias con tres generaciones de tandilenses. Te quiero decir con esto que conocemos el paño.  Me animo a decir que conozco los gustos y los detalles que le gustan a los tandilenses.

¡Que aseveración arriesgada! Profundice la idea por favor.

Tandil es una ciudad con mentalidad de pueblo, pero no en sentido negativo. El tandilense es progresista, va para adelante. Creo que podemos comparar nuestra idiosincrasia con la ciudad de La Plata.

Te puedo marcar algunos detalles que nos caracterizan: acá la gente joven se independiza y se queda en Tandil, cosa que no pasa mucho en el interior. Forma una familia y se queda. Se jubila y se queda. Se funden y arrancan de nuevo, pero en Tandil. Esta particularidad es extraña por la cantidad de habitantes que tenemos. Somos orgullosos de haber nacido y de vivir acá.

¿Imagino que te basaste en estos conceptos para pensar los Prestige?

Seguro. Cuando hicimos el primero en el año 2004 muchos dijeron que estaba loco. Como vas a hacer un semipiso de un solo dormitorio, me decían. Pero fue pensando en relación con lo que te dije antes, el tandilense se va de la casa y comienza su camino en la ciudad, se separa y no se va a Buenos Aires, se alquila algo y se queda acá. Los Prestige son departamentos en esta sintonía, con detalles importantes y pensados de 50 o 55 metros, ubicado en el centro. Porque al tandilense le encanta vivir en el centro, somos centreros. No nos gusta caminar.

Se escucha muchos reclamos por los alquileres, ¿son caros los alquileres en Tandil?

En general, vivir en Tandil es caro, pero tampoco tanto. Los alquileres son parecidos a los de otras ciudades más chicas o menos importantes. Este tema va atado a la oferta y la demanda. Capaz en algún lugar pagas menos, pero seguro es menor la categoría o el tipo de vivienda.

Los alquileres no están caros, los sueldos están devaluados. Ganamos muy poco. Históricamente los alquileres se calculaban según el 0.8 del valor de la propiedad. Hoy en Tandil un departamento rinde un 0.3 o un 0.4 del valor. 

Pasa que el día a día nos deja sin plata, la comida es muy cara por ejemplo.

También se escucha que no hay casas suficientes en alquiler, ¿esto es así?

Hace 24 años que tengo inmobiliaria y hace 24 años que no se consiguen casas. También hace 24 años que escucho que se va a saturar el mercado de las viviendas de un dormitorio y después nunca alcanzan. Se habla mucho, pero sin fundamento.

Para terminar, ¿hay rivalidad entre Bértoli y Zangari?

Para nada, tenemos productos distintos, a pesar de que las estructuras de los edificios son todas iguales.

Nosotros tenemos el error de no decorar (tono irónico), pero no competimos. Estamos en distintos nichos, con otras tendencias.

Generalmente trabajamos con las mismas empresas, con los mismos materiales. No hay tal rivalidad.