Opinión

La política perdida

20/04/2016

La política tiene un “no sé qué” que atrapa, y mucho.

(Por Federico Sánchez Chopa)

Hace un tiempo que bastantes argentinos empezamos a tener esa sensación en nuestro interior, una sensación de decir lo que uno siente (siempre con respeto), de aportar lo que uno tiene, quiere y puede para llevar adelante un proyecto, de sentir que uno está vivo ayudando a otros. La política tiene eso, es el lugar donde uno puede ayudar (o destruir) en todos los ámbitos a la vez. Algunos podrán decir que para ayudar están las ONGs, los centros comunitarios, o algún grupo de gente solidaria, tal vez. Estos ámbitos son excelentes y necesarios, pero abarcan sólo una porción de la sociedad. Abarcan a los enfermos o a las personas con capacidades diferentes, abarcan a los niños autistas o a las familias de un barrio en particular. Abarcan muchas cosas, pero sólo una. Sin embargo, la política abarca todo eso, y mucho más.

Hay un libro de Andy Freire y Julián Weich que encendió la mecha en mí para participar más activamente en hacer algo por los demás. Desde ya les recomiendo que lo lean. Se llama “5%”, y está basado en el concepto de “5% por el otro. ¿Cuántas cosas se pueden cambiar si todos dedicamos un 5% de nuestro tiempo para hacer algo por los demás”. Algunos se preguntarán si esa mecha se originó con el libro. No, no fue así, esa mecha se fue hilando durante mucho tiempo, pero es una historia distinta que contaré en otro momento. Aunque el libro dio la chispa para poner manos a la obra.

¿Queremos solucionar el problema de los vecinos de un barrio? Eso se logra con la política. ¿Queremos controlar y mejorar el tránsito en la ciudad? Eso se logra con la política. ¿Queremos implementar un sistema de salud para los ciudadanos? Eso se logra con la política. ¿Queremos arreglar las calles, cambiar el recorrido de un colectivo, que el sistema de protección ciudadana funcione? Eso se logra con la política. Repito, la política abarca eso y mucho más.

La política ES mágica, permite llevar a cabo sueños imposibles de realizar de otra manera. La política ES brillante, logra que todos den lo mejor de sí para el bien común. La política ES impactante, ya que el esfuerzo mancomunado genera puentes gigantescos entre los habitantes. La política ES servicial, permite que la rueda de lo cotidiano siga girando sin encontrar dificultades en su andar. La política ES todo, porque sin la política nada funcionaría.

Ahora les pido que reemplacen “ES” por “DEBERÍA SER” y relean el párrafo.

En eso se ha transformado la política, en un debería ser. La política pasó a ser corrupta, metieron tanto la mano en la lata sin importarles nada. La política pasó a ser frágil, sopla un alfeñique y se cae toda la estructura armada. La política pasó a ser mentira, fue tan manoseada que ya nadie cree en ella. La política pasó a ser cruel, si no te alineas con un pensamiento dejás de ser Argentino. La política pasó a ser nefasta, en nuestro país la política se usa para formar riquezas personales. La política dejó de ser política.

Una persona no se puede enriquecer a costa del Estado, ni una, ni dos ni cien. El Estado somos todos y es de todos. Debemos aprender a cuidarlo, a respetarlo, y debemos exigir que los políticos de turno lo cuiden y lo respeten tanto como nosotros. Los que están ocupando un cargo público, ya sea ejecutivo, legislativo o judicial deben entender que están para servir al ciudadano, no servirse del ciudadano. Debemos recuperar la República, debemos recuperar los valores perdidos, debemos recuperar la política perdida.

 

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