Cultura

En carnaval las calles son nuestras

05/02/2016

Se aproxima el carnaval y las murgas están ansiosas por arrancar la caravana. Silvana y Gisela son parte de Correla Voz, además de participar por su trabajo en La Tribu y Los Revoltosos de la Unión. Historias de alegría, baile, canto y, desgraciadamente, también de estigmatización.

(Por Brando Bruni)

Estamos a escasos días del comienzo de una nueva edición del Carnaval de mi Tandil, y para las murgas de la ciudad llegó su momento. Aunque trabajan durante todo el año, por estas épocas la labor se intensifica y la adrenalina empieza a brotar.

Gisela Morey y Silvana Cetrone representan a tres murgas. Ambas son trabajadoras de la niñez, y por su función en distintas organizaciones sociales, Gisela es parte de Revoltosos de la Unión y Silvana de La Tribu. Por fuera de las cuestiones laborales, las une la murga Correla Voz.

MURGUERO, SE HACE

Charlando con ElDiariodeTandil, recordaron como le dieron vida a Correla Voz. Todo empezó hace relativamente poco, a mediados de 2014. “Quisimos generar una propuesta distinta a lo que son las murgas en general en Tandil, que en su mayoría nacen en el seno de proyectos de organizaciones sociales. Teníamos ganas de pensar la murga no solamente como una herramienta de inclusión y laburo barrial, sino también como una de comunicación, en un sentido más de expresión”, va detallando Gisela. Silvana agrega que “las dos conocimos la murga por nuestro laburo, no porque seamos porque seamos murgueras de nacimiento. Queríamos corrernos de nuestro rol de coordinadoras y de acompañar a los más chiquitos, tener también un grupo donde nosotros podamos aprender por otro lado”.

Así se fueron sumando tres o cuatro a quienes les sucedía lo mismo, tenían ganas de murguear. “Se fue dando boca a boca por amistades y conocidos, y ayudaron también las redes sociales. Igualmente estamos en proceso, somos una murga muy nueva”, aclara Sil.

La parte más complicada, es la de mantenerse activos, sobretodo en invierno, porque por estos días, la murga revive. “Intentamos mantener ensayos regulares, pero como tampoco tenemos lugar físico, durante el invierno es difícil”, explica Gisela y añade que “nos parece que ese es el desafío de generar una murga por fuera de una organización, se construye todo a la par. Los códigos, los rituales, lo que está bueno hacer. Lo único que nos sostiene como grupo es la murga”. En Correla Voz son más o menos 15 personas, con sus entradas y salidas, pero, más allá de Flor de Murga con toda su trayectoria, son casi la única que actúa por fuera de una organización social.

Como toda expresión artística, no es ajena a los problemas para solventarse. “Aspiramos a la autogestión, de lo que surja. Eventos, rifas, las cuestiones típicas que uno hace para juntar plata. Cuando es un taller de la organización, es aún más lento, porque no tienen recursos estables en el tiempo y a su vez tienen que mantener otras actividades. En nuestro caso es distinto porque es nuestro objetivo, somos todos grandes, laburamos, podemos aportar de nuestro bolsillo”, comenta Silvana.

“Hasta el año pasado se estaba trabajando en una ley nacional de regulación de espacios públicos. Acá no sucede, pero cerquita en Mar del Plata está el intendente Arroyo amenazando a las murgas, en otros lugares del conurbano también”, agrega Gisela mencionando otro de los posibles escollos y señalando lo local adjunta que “acá está la comisión de carnaval, no hay ningún programa de fortalecimiento continuo. Incluso no hay otro espacio creado desde la gestión, como un encuentro de murgas”.

CUANDO LA MURGA ES LA VOZ DE UN BARRIO

Como fueron explicando, la mayoría de las murgas tandilenses están vinculadas a los trabajos en distintas organizaciones sociales, donde cumplen varias funciones.

Morey comenta que “se trabaja en generar pertenencia. Cuando le preguntas a los chicos que es la murga para ellos, es su lugar, su identificación, lo que salen mostrar en carnaval de su barrio. La expresión de lo que son”. A diferencia de este tipo de grupos, Cetrone indica que en el caso de Correla Voz “somos todos de distintos barrios y por ahí no tenés un arraigo. En las organizaciones si, y es lo que se intenta laburar. Se aprovecha la murga como forma de expresar las cosas que pasan allí”.

“Creo que la murga permite que todos encuentren su lugar. Es un arte popular y tiene múltiples dimensiones de trabajo: podes bailar, tocar, cantar, maquillar, hacer malabares”, sigue analizando Gisela y suma que “en esos 15 minutos que estás en el escenario le contás al otro la verdad de lo que sos. Por eso en Tandil tantas organizaciones han tomado a la murga, incluso hemos participado en proyectos con articulación en las escuelas”.

LLEGANDO ESTÁ EL CARNAVAL

Cuando se va acercando febrero, todo murguero sonríe. La víspera del carnaval los empieza a poner ansiosos y felices. Este año, la movida empieza hoy mismo con las llamadas, porque a partir de las 19 horas se iniciará la caravana desde la esquina de Av. España y Rodríguez hasta la Plaza Independencia, a modo de previa. El fin de semana que viene, el plato fuerte: el Carnaval de mi Tandil. Del 6 al 9 de febrero, siempre desde las 20 horas, se realizará el tradicional desfile sobre avenida Machado, con entrada libre y gratuita. Más de 20 grupos carnavaleros (10 murgas además de comparsas, grupos de percusión, murgas uruguayas, etcétera) serán parte de este gran espectáculo. Luego, el carnaval visitará Gardey el 20 y Vela el 27.

En plena cuenta regresiva, Sil confiesa que “estamos agregando ensayos a más no poder, ultimando detalles. Somos medio hijos del rigor, como todo el mundo. Ensayamos todo el año, pero se arranca fuerte de octubre en adelante, pero siempre se llega”.

Buscando una definición, Gisela apunta que “el carnaval es ese momento en que te olvidás de todo. Te despojás de todo lo que traes en tu vida cotidiana, tus problemas, tus complicaciones, en esos días compartís todo con tus compañeros, hay un sentimiento, mucha mística. No se puede explicar porque en ese momento tirás la patada más alta que nunca”.

“Sentís que las calles son tuyas”, remata Silvana.

VIOLENCIA ES MENTIR (Y ESTIGMATIZAR)

En ediciones pasadas, por culpa de un grupo de inadaptados y errores en el operativo de seguridad, se terminó estigmatizando al carnaval, tildándolo de peligroso cuando en realidad es una fiesta totalmente familiar. Más allá que no los afectó en las ganas de seguir murgueando, si fue un golpe duro en otros aspectos. “Nos duele un montón porque laburamos todo el año. Los pibes se entusiasman y le meten mucho laburo para que después pase esto por dinámicas que suceden o falta de organización previa. Los medios de comunicación no nos han respetado en las construcciones que tenemos y en todo el sacrificio. Desde aquellos titulares como “Carnaval Violento I” y “Carnaval Violento II”, se criminalizan las expresiones populares. Después, es complejo con la gente e incluso con los mismos familiares de los chicos”, relata Gisela notablemente sentida, Silvana se suma al relato y cuenta que “nos ha pasado que a los nenes no los han dejado ir más al carnaval. Es un evento súper masivo, los cuatro días pasa mucha gente y obviamente muchos van a disfrutar el carnaval y hay otros a los que ni les interesa. Hay que prever ciertas situaciones que pueden pasar en cualquier lugar. En las reuniones previas con el área de cultura, intentamos convocar a seguridad y otras áreas como tránsito, y cuesta porque son lecturas diferentes. Hay puntos donde no hay manera de encontrarnos, pero sabemos que lo vamos a lograr”

“Cuesta erradicar todos los discursos que legitiman asociar al joven con lo peligroso. Hay que organizarse desde múltiples dimensiones, por ejemplo, el Municipio tiene que poner más luz”, continúa Morey analizando las fallas, y Cetrone añade que “desde hace más de dos años que venimos hablando de poner uno o dos puntos de acceso y el resto vallar, eso puede garantizar más control”.

“Que esté tránsito parando en frente a las motos, es una práctica sumamente estigmatizante. No es algo que sucede en el Festival de la Sierra, por ejemplo”, sentencia Gisela, y Silvana asiente diciendo que eso es “una provocación. Y no es casual que no paren a todo el mundo, paran al pibe en motito y no paran a los autos”.

“En la cuestión de los medios, me parece muy valioso que nos hayan convocado y poder contar como lo vivimos desde adentro, no nos ha sucedido que nos llamen para contar desde nuestro rol de protagonistas”, agradecieron.

EL PARAISO MURGUERO

En el centro de la Argentina, en el límite entre Santa Fe y Córdoba, existe un pueblo pequeño, de casi siete mil habitantes, similar a cientos de pueblos donde todos se conocen y se saludan. Suardi, tiene una particularidad que lo convierte en un lugar único: una vez al año, el fin de semana largo de octubre, la magia del carnaval invade sus calles convirtiéndolo en el escenario del Encuentro Nacional de Murgas.

El encuentro se celebra hace 16 años y en él participan murgas que viajan desde todo el país. Allí estuvo Correla Voz levantando la bandera tandilense.

“Este fue el segundo año que fuimos, aunque algunos compañeros viajaron por primera vez. La experiencia es genial, volvés con muchas cosas en la cabeza, ideas y energia recargada”, dice Silvana y Gisela agrega que “sentís que sos parte de un movimiento. Este año colapsó todo el pueblito porque cada vez van más murgueros, este año fueron como 11 mil. Se genera una mística que tiene que ver con lo ritual. Es como la Misa Ricotera de los murgueros. Te das cuenta que la murga tiene un montón de cosas para seguir explorando, no es un género que esté agotado”.

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