Las obligaciones y responsabilidades de la victoria

Política

Las obligaciones y responsabilidades de la victoria

04/09/2015

Columna de opinión firmada por el Licenciado Mauricio Acosta, Subsecretario de Comunicación y Vinculación Institucional del Municipio de Tandil.

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La victoria no da derechos, si no obligaciones y responsabilidades. Esta fue la frase que pronunció el intendente Miguel Lunghi en la noche del 9 de agosto pasado, luego del contundente respaldo que la mayoría de los tandilenses le brindaron mediante su voto.

No fue la primera vez que el actual intendente utiliza está idea, parafraseando a una expresión histórica. En las elecciones de 2013 y en las de 2011 había repetido esa afirmación que no es otra cosa que una declaración de principios.

Tal vez, esa idea, sintetiza una de las razones por la cual los ciudadanos de Tandil continúan apoyando y votando a la gestión del intendente Lunghi. El respaldo popular en una elección no es el punto de llegada; más bien, es el punto de partida para alcanzar nuevas metas, nuevos objetivos, para avanzar en lo que aún falta realizar en materia de políticas públicas y de acciones de gobierno.

En tiempos donde parece primar el marketing electoral y las estrategias mediáticas como formas dominantes de construcción política, en Tandil queda demostrado que la verdadera acción de gestión gubernamental se sostiene en las acciones concretas, en los hechos tangibles y en el vínculo de confianza que se establece entre el gobierno y la sociedad tandilense.

La clave del respaldo popular, entonces, está en las políticas públicas implementadas y sus resultados positivos para la ciudadanía, así como en las perspectivas a futuro que el gobierno presenta, a partir de un programa de gestión y de propuestas pensando en el mediano y largo plazo.

La frase de Lunghi sobre la responsabilidad que acarrea una victoria electoral, también marca que los gobiernos democráticos, aunque sean elegidos por amplia mayoría, tienen límites y deben estar sometidos a controles permanentes tanto de los ciudadanos como de los distintos poderes del Estado. Esta es una idea que parecería resultar extraña en un país acostumbrado a confundir habitualmente el Estado con el partido gobernante, pero que debería ser una norma habitual y casi de sentido común en una República.

Que la victoria acarrea obligaciones y responsabilidades implica, además, una convocatoria permanente a la participación y el compromiso de los ciudadanos. La construcción del Tandil del futuro requiere no solo de un intendente o de un equipo de gobierno con vocación de hacer y transformar, si no del aporte y el trabajo de cada vecino, de cada institución y del sector privado.

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