Política

Mientras la campaña se calienta dos robos inquietaron al gobierno

28/07/2015

Los fortísimos cruces de campaña son en verdad, para el lunghismo, fuegos de artificios cuando mide la real preocupación camino a las PASO y a las elecciones generales: que la ciudad no vuelva a vivir una escalada en hechos de inseguridad. Ayer, el asalto con violencia a una familia de Gardey y a una agencia hípica local encendieron las alarmas en el gobierno de Miguel Lunghi.

Conociendo como conoce –a la perfección- la idiosincrasia mental del vecino que forma parte de la llamada zona de integración o voto del orden (citando al consultor Oscar Nigro), ese amplio espacio que se abre en torno de las cuatro grandes avenidas y que contiene al 53% de los votantes, Lunghi tiene una sola preocupación: que de aquí a octubre los casos de inseguridad sean lo que habitualmente marca el promedio, en ese sector y también intramuros de las barriadas de la ciudad. Es decir que no se repita la escalada de junio y julio porque esta problemática es la que más afecta la intención de voto del electorado. En esa misma sintonía, el jefe comunal nombró ya a su titular de la Policía Local, hombre de su confianza, y es –el delito contra la propiedad y las personas- el “competidor” que más teme el gobierno a la hora de planchar una elección general que según las encuestas está ganada mientras el radicalismo milita fuertemente la campaña hacia las PASO, donde se decidirá la composición de la lista del Concejo Deliberante frente al Pro liderado por Claudio Ersinger.

Ayer se encendieron las alarmas en torno al sillón de Duffau con dos robos, uno ocurrido en la apacible Gardey, de naturaleza violenta, contra una familia, donde estuvieron involucradas una abuela, su hija y la nieta, cuando tres ladrones portando un dato que al parecer era falso ataron y golpearon a sus víctimas, un hecho infrecuente para la habitual calma de la localidad rural. El otro asalto fue a una agencia hípica de la ciudad, perpetrado a plena luz del día.

La inseguridad en sus muchas variables es un tópico que preocupa y mucho al gobierno municipal y hoy por hoy es el “competidor” más temido, por sus consecuencias impredecibles en el humor social de los tandilenses. De allí que durante su lanzamiento del programa de gobierno para un conjetural próximo mandato, el intendente haya puesto énfasis en el anuncio de la creación de la Secretaría de Prevención Comunitaria. El alto rango municipal de esta nueva área da cuenta de un tema que hoy ya representa la categoría de política de Estado, y que, por otra parte, resulta altamente sensible para toda la sociedad local. Lunghi, que tiene una muy afiatada relación con las fuerzas vivas, sabe que la variable de mantener una ciudad tranquila, con hechos policiales acordes a su rango de urbe intermedia pero también acotados en cantidad y modalidad del delito, resulta fundamental a la hora de deslizarse por los sensibles tramos de una campaña electoral. El poder es volátil cuando un resonante caso policial lo conmueve. Sobran los ejemplos a partir del caso de María Soledad Morales en Catamarca y el del joven remisero José Fabián Garmendia, ocurrido durante los 90 en Tandil.

Los dos robos sucedidos en la víspera, uno muy violento en Gardey y el otro en Tandil, encendieron las alertas del gobierno, y dejó a teléfono abierto la comunicación del intendente con las autoridades policiales de la ciudad. Un robo con vecinos golpeados y maltratados, y el peligro de una escalada de asaltos como los vividos en junio y julio, son muchos más nocivos para el gobierno que los retóricos fuegos de artificios lanzados ayer por políticos profesionales en medio de la campaña y como parte del folclore.

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