Cultura

La Pacha, el lugar para los “delirantes” de la cultura

20/05/2015

Sil y Emi son bien conocidos en el ambiente tras años de tener su ballet folclórico y hacer peñas. Ahora, se animaron a armar un lugar abierto a todas las expresiones culturales: desde el folclore, al rock, la salsa o el teatro. Una pareja todo terreno.

NOTA PUBLICADA EN EL SEMANARIO EL DIARIO DE TANDIL DEL SÁBADO 16 DE MAYO DE 2015

 

Silvina Martón y Emilio Pérez, antes que nada, son dos delirantes, como ellos mismos se definen. Luego de estar muchos años con su ballet Nockayshpa Sapicuna y armando peñas en cada lugar que los dejaron, saltaron del otro lado de la barra y se mandaron la quijotada de abrir su bar cultural. Entre tanta polvareda sobre que lugares pueden hacer shows o no, casi en silencio, inauguraron La Pacha, en Rodríguez 862.

“La idea era generar un espacio donde se puedan desarrollar diferentes disciplinas, siempre relacionadas con lo artístico, y a la vez que interactúen entre si. Eso era algo que faltaba en Tandil, quizás por la mentalidad de la gente, aunque está cambiando con las nuevas generaciones de artistas. Cada disciplina tenía su espacio y con eso era suficiente. Hoy se valora lo rico de relacionarse con otro. Así surgió en nuestra cabeza y había que tratar de buscar un espacio que pueda satisfacer esa necesidad”, repasa Sil, sentada en la barra de adelante del local donde funcionaba Ego.  Y aunque para muchos en la movida fue repentina la apertura, fue mucho el tiempo en que fueron craneando la posibilidad: “Ya habíamos vivido como productores la lucha con respecto al tema de la habilitación. Fuimos con la cabeza bien enfocada, no podíamos pretender poner música en vivo si el lugar no está ni acústicamente preparado ni tiene los equipos necesarios. Lo que cuento en cinco minutos, fueron años de analizarlo”.

MUCHO MÁS QUE FOLCLORE

Ellos están muy relacionados con el folclore por todo lo que han hecho, por ende esa área la tienen cubierta, pero pretenden que todas las expresiones se representen en su lugar. “Nos obligamos a que el folclore no ocupe todo el lugar. Estamos viendo por todos lados quien tiene un proyecto o ganas de dar clases de actuación, por ejemplo. Y hay otras disciplinas que por tener otro perfil no tienen lugar, como la fotografía. Este es un lugar para el delirante, apoyamos a aquel que se juega a hacer lo que no está hecho. El proyecto es como somos, que nos gusta el rock, el flamenco o el folclore, pero es imposible hacerlo bien manejando todas las producciones solo nosotros. Hace poco conocimos a Mauricio Cervone, se acercó para hacer una fecha acá y fue un canalizador para empezar con el rock, lo mismo con Ariel Gallinal. Además el rock lo necesitaba, porque con el Bunker está sobrecargado, me pongo en el lugar del Caverna y es imposible satisfacer a todos”.

“HAY QUE REMARLA”

Más allá de sus experiencias previas, saben que necesitan tiempo para se corra la voz y el lugar sea conocido dentro de la movida cultural. “Hay que remarla”, dice Sil, y Emi agrega que “estamos bastante encaminados, pero sabemos que necesitamos entre 3 y 6 meses para que el nombre se vaya abriendo puertas. En un tiempo vamos a saber la realidad, no pretendemos que la gente se sume de una semana a la otra”

Pero lo de las mezclas, les viene saliendo bien. Hace pocos días armaron el mismo día un encuentro de payadores y un tributo a Los Redondos, y en otra noche una salsera y la fiesta de Veterinarias, aprovechando los dos espacios con que cuentan en el mismo edificio.

Por último, el mensaje es para el público: “pedimos que nos vayan aguantando, esto es un bar cultural pero se va a ir haciendo con el tiempo, estamos aprendiendo. Somos dos delirantes que un día se nos pasó una idea por la cabeza y dijimos vamos a hacerlo”

“HAY QUE BUSCARLE LA VUELTA”

Por supuesto, no son ajenos a lo que sucedió con la famosa ordenanza reguladora para los bares y restaurantes con respecto a los shows, esa que está en vías de ser cambiada luego que el Municipio aceptará sus errores en la redacción. “Cuando leí la ordenanza hace como un año, pensé que era una locura pero no me enrosqué porque no tenía un lugar. Cuando abrimos, volvimos a ver que era un delirio. En la reunión en el Municipio me enteré de la realidad, pasó algo que nos pasó cuando estábamos en La Cautiva. Éramos abanderados en defenderla, pero después nos dimos cuenta que el lugar no estaba habilitado. A su vez, se le había dado un plazo bastante amplio para solucionarlo, entonces nos vimos embanderando algo que no era correcto. Nos guste o no. Si el lugar no está habilitado, está el derecho del músico de poder tocar, pero si el vecino de en frente a las 2 de la mañana no puede dormir… es música o ruido depende de quien lo mire. Mi derecho termina donde comienza el del otro, más allá que nos encantaría que todos valoren la música”, completan los dos.

Pero no se alejan de la pelea por cambiar ciertas reglas que van quedando viejas. “Muy diferente es nuestra postura con respecto al tema de los menores dentro de la normativa”, aclara Sil, a lo que Emilio añade que “la ordenanza te pone como boliche o pub, el bar o espacio cultural no existe. No entiendo que a una peña o a una salsera no pueda venir el padre con sus hijos. Si están acompañados por un adulto, ¿Por qué no puede estar? Es porque está habilitado como boliche aunque sabemos que no lo es. Hay que buscarle la vuelta. Por ejemplo, nos encanta el Festival de la Sierra, somos habitués, porque vemos a los hijos con sus padres, nadie va a decir que no pueden estar los menores porque se vende alcohol. Eso está bárbaro, hay que ver como los otros lo puedan hacer”.

De todos modos, saben que parte de esta contienda es inevitable: “Hay vecinos que por complicaciones de otra índole, le molesta todo, y va a llamar porque vio pasar dos que no les gustó la cara”

 

Más allá de lo laboral, Sil y Emi son pareja hace ya 13 años juntos, y cualquiera que los conoce sabe que son casi una sola persona. Más ahora, que Emilio se bajó del colectivo azul que manejó por mucho tiempo y encararon el proyecto de La Pacha. La pregunta es: ¿Cómo hacen ahora para aguantarse las 24 horas juntos, dentro y fuera del laburo?.

Emilio dice que “mi tiempo solo es importantísimo y lo tenía arriba del colectivo. Ahora lo tengo jugando solo a la Play en la pieza, se va dando así. La que más se tuvo que bancar el cambio es ella, yo me metí en el medio”. Pero Sil dice que “no me modifica en nada, me agrada compartir todo el tiempo con él. No somos divinos todo el tiempo, explotamos cada dos por tres. No es raro vernos discutir acá atrás de la barra. Todo es una negociación. Lo que no acepto de nadie es la careateada, y él es demente así como lo ves, va bárbaro en mí”.

“Siempre le digo que es genial, nadie me bancaría todo el tiempo”, cierra Emilio, mirándola y sonriendo…

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