Papel

Banco fantasma

04/05/2015

Nota de tapa de la ultima edición del semanario papel ElDiariodeTandil.

El 25 de marzo de 2010 se confirmaba una especie que había circulado semanas antes y que prometía cambiar la dinámica comercial de la ciudad, recuperando al mismo tiempo un espacio de antiguo lustre sumido en las sombras de su largo ocaso; estaba en proyecto la construcción de un centro comercial en el edificio del extinto Banco Comercial.

El empresario Luis Armani, quien había comprado el predio, confirmaba así sus intenciones para con ese edificio histórico, ubicado en una de las principales esquinas de Tandil. El proyecto contemplaba un estacionamiento subterráneo de tres niveles y una vinculación con el Teatro Cervantes, una vez que estuviera finalizada su recuperación, proyecto que tampoco se concretó más allá de un lavado de cara.

Armani eligió ser cauto con los tiempos de la obra, para no generar falsas expectativas. Dijo que la construcción podría demorar dos años. Pero eso fue hace un lustro.

Hoy, el edificio donde funcionaron las confiterías Rex y Dionisios, última sede de la Sociedad Española, es un baldío. Junto a él, el edificio histórico donde se construiría el shopping con locales en dos plantas y patio de comidas exhibe un espantoso estado de abandono. Lleno de pintadas por fuera, con gran deterioro y mugre por dentro. Palomas muertas, vidrios rotos alfombrando varios sectores, el piso removido en la nave central, el vitral cenital deteriorado por falta de mantenimiento y limpieza.

Además, como el acceso es muy fácil ya sea por el baldío contiguo y por la puerta lateral de Pinto, el lugar es utilizado como refugio. Se ha visto entrar y salir grupos pequeños de jóvenes. Algunas botellas de Fernet, Coca Cola y vino son mudos y vacíos testigos de las eventuales reuniones.

UN LARGO COMPÁS DE ESPERA

El anuncio dio tela para cortar. Se habló desde patrimonio histórico hasta el desafío que impondría a los comerciantes del centro la obligada competencia con el primer shopping de la ciudad.

Pero con el tiempo se vio que las proyecciones iniciales habían sido demasiado optimistas. Hubo que esperar hasta diciembre de 2012 para volver a ilusionarse. El miércoles 19  Armani confirmaba que toda la documentación había sido presentada y que el trámite formal estaba culminado. Siempre remiso a formular declaraciones, aseguró no obstante que “en el 2013 se construye” y le puso así un nuevo marco temporal al asunto. En un ejercicio de plena conciencia sobre el impacto que tiene esa esquina para la ciudad y la envergadura del proyecto, nuevamente evitó dar fechas precisas. “Ya está toda la documentación presentada y solamente pueden aparecer algunos detalles de último momento, propios de la obra que se pretende realizar”.

Para ese entonces el Concejo Deliberante había autorizado al Departamento Ejecutivo considerar como “susceptible de ser excepcionalmente convalidado con un factor ocupacional del suelo no mayor al 80 por ciento el proyecto de propiedad de Paseo del Banco S.A., que se pretende construir en la esquina de Rodríguez y Pinto donde funcionó el ex Banco Comercial del Tandil”.

La autorización del Parlamento Municipal fue necesaria en virtud de que el proyecto no encuadraba en la cantidad de metros cubiertos permitidos para esa zona de la ciudad. Una nueva modificación surgió a partir de que Armani comprara el terreno lindero, donde funcionaron la Sociedad Española y el Club de Teatro.

PRIMEROS MOVIMIENTOS

Casi tres años después de la confirmación del proyecto, el segundo fin de semana de febrero de 2013 comenzaron las tareas de construcción del “Paseo del Banco”. A partir del sábado 16 se observaron los primeros movimientos de maquinarias y obreros de “Vialmani”, una empresa de Luis Armani dedicada a obras de infraestructura vial que participa regularmente en concesiones estatales. Para el desarrollo del paseo, no obstante, el inversor eligió a “interurban”, que desde 1990 se viene posicionando como una compañía independiente dedicada a la concepción y el despliegue de negocios inmobiliarios, contando entre sus trabajos en centros comerciales Galerías Pacífico y Patio Bullrich, además de un portfolio muy variado de primerísimas marcas de indumentaria para las que desarrolla locales comerciales.

Sin embargo, tras la demolición de la ex sede de la Sociedad Española y la remoción de los escombros el proyecto volvió a paralizarse y la incertidumbre sobre la materialización del Paseo del Banco se instaló nuevamente. Para octubre de ese año el inversor había modificado el proyecto para la esquina de Pinto y Rodríguez.

Por ese entonces el secretario de Planeamiento y Obras Públicas, ingeniero Mario Civalleri, explicaba que “la demolición que estaba programada se llevó a cabo y también el cerco de protección, pero  cuando la obra iba a comenzar a desarrollarse el propietario visualizó la posibilidad de un cambio en el proyecto, que tiene un impacto sobre la estructura de hormigón que hay que construir”.

El funcionario comunicaba también que los inversionistas seguían firmes en su decisión de construir el paseo de compras. A esas alturas la aclaración era pertinente porque ya circulaban rumores de que la obra finalmente no se llevaría a cabo en el futuro inmediato. “Como cualquier obra privada de estas características que implica una enorme erogación de dinero, los plazos y los tiempos los va manejando el inversor de acuerdo a varias circunstancias ligadas al contexto económico, a la urgencia de terminar o no una obra y otras cuestiones. No es como en la obra pública donde hay que ajustarse a un plazo determinado”, señalaba el ingeniero.

Para el Municipio el proyectado “Paseo del Banco” tenía –y sigue teniendo- una gran importancia. Es una obra privada que no le cuesta dinero y permite poner en valor la emblemática esquina de Pinto y Rodríguez, cuyo abandono data de años y afea el centro de la ciudad.

Civalleri reconoció que el proyecto le permite al Estado “rescatar algunas piezas arquitectónicas que son patrimonio de Tandil”, pero también incorporar un centro comercial cubierto como atracción para los visitantes que buscan actividades fuera del circuito turístico natural, principalmente al anochecer o en días de lluvia.

El anticipo de Civalleri tuvo convalidación del empresario meses después, cuando Armani llegó a la ciudad para anunciar que “el proyecto sigue en pie”. Vino dos semanas antes de Navidad, sin avisar y tratando de eludir el contacto con los medios de comunicación. Mantuvo un encuentro con el intendente Miguel Lunghi y su secretario de Obras Públicas, con quienes dialogó sobre el proyecto que sufrió demoras por trámites burocráticos y por razones económicas.

La reticencia de las partes a formular declaraciones al culminar el encuentro fue síntoma de que la obra seguiría estancada. Por lo bajo, se alegó que la demora guardaba estrecha relación con el contexto económico e inflacionario para encarar la etapa de la construcción del paseo.

Además, trascendió que aguardaba el ingreso de dinero proveniente de obra pública ya concretada para invertirlo en la construcción del centro comercial.

EN PUNTO MUERTO

El 14 de enero eldiariodetandil.com volvía a abordar la cuestión del ex Banco Comercial, su presente de letargo y futuro de incertidumbre. Es que el tema resurge de vez en cuando y se instala fugazmente en la agenda de los medios. “Buena parte de la fachada de las calles Rodríguez y Pinto, punto neurálgico del centro tandilense, está como era entonces: detenida en la postal del fracaso. Las obras anunciadas por Luis Armani quedaron paralizadas y no hay no novedades sobre la última ocurrencia de la Sociedad Española: convertir al Teatro Cervantes en un templo evangélico”, introducía la versión digital de este periódico.

Y agregaba: “Ya son muchos los años en que la postal es la misma, en un lugar del centro tandilense –geografía que sigue siendo reducida si la comparamos con el crecimiento desbordante de la ciudad- que espera por cambios. Pero las almas supersticiosas alegan alguna maldición esotérica desde que se derrumbó el imperio del Banco Comercial de Tandil, que fue como si se cayera el imperio romano para el establishment tandilense, y comenzara un ciclo de ruina e intemperie con los restos del banco convertidos en un defecadero público de palomas (los observadores creían que las decenas de palomas migraban, por razones inexplicables, de la torre de la Iglesia del Santísimo a los techos del Banco, aunque también es cierto que esta presencia palomar se ha visto reducida en el último tiempo)”.

Cinco años han pasado desde que los tandilenses se sorprendieron con la noticia de que el ex Banco Comercial resurgiría como primer shopping del pueblo. Por ahora sigue siendo un espejismo de pintadas, deterioro y palomas muertas.

EDIFICIO PROTEGIDO

El Banco Comercial de Tandil fue fundado el 15 de junio de 1902. Es un edificio de valor patrimonial protegido por la Ordenanza 11.400/2010, norma que además armoniza con el Plan de Desarrollo Territorial.

El primer proyecto y su propuesta de modificación posterior fueron analizados por la comisión que estudia el tratamiento dado a edificios protegidos. “Como todo edificio de valor patrimonial la propuesta debe pasar por la comisión de patrimonio, que no tiene poder de decisión pero puede hacer sugerencias y remite un informe que, junto al de Obras Públicas, analiza el Concejo Deliberante que podrá o no aprobar la intervención que se pretenda hacer”, explica la coordinadora de Patrimonio Municipal, Magdalena Conti.

“Lo que sí se debe cumplimentar en estos casos es la conservación del exterior del edificio y ellos pidieron una autorización para construir una planta más para el patio de comidas”.

En este punto es importante destacar que la planta que se va a agregar en altura debe estar retirada de la línea municipal de edificación, para que el observador pueda determinar con claridad cuál es el edificio original y cuál el área intervenida.

“Tomemos por ejemplo el Banco de Boston (hoy Standard Bank) en Buenos Aires y la manera en que cuando se lo observa se puede apreciar claramente el edificio histórico a pesar de que en la parte superior hay una gran intervención en el edificio”, refirió Conti, para explicar luego que en el caso del Paseo del Banco “lo que se va a incorporar tendrá un retiro de casi dos metros desde la fachada original”.

Por otra parte y dentro de la misma línea, aseguró que se deberá guardar armonía con el cromatismo del revestimiento original. “La paleta de colores que se va a utilizar no debe ser igual, para que se note la diferencia, pero debe guardar la relación armónica de colores con el revestimiento actual de Piedra París”.

La especialista en patrimonio también confió que los vitrales se conservarán en la nueva estructura, que además contará con una escalera mecánica para unir ambas plantas.

 

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