Política

Tandil: que crezca, pero ordenadamente

27/02/2015

Nota de opinión publicada en la ultima edición del semanario ElDiariodeTandil bajo la pluma de Claudio Ersinger, candidato a intendente por el PRO.

Quienes vivieron en Tandil, al menos en estas tres últimas décadas, saben bien de su transformación, de pequeña ciudad rural – con historia de minería y de industria metalúrgica – del interior bonaerense, a intermedia mas turística y comercial y menos fabril, pero con todos los ingredientes (los buenos y los no tan buenos) de las grandes.

Dos aspectos irrefutables dan el puntapié inicial para estas líneas: uno, la actividad económica se concentra, aún en extensos países agro-ganaderos como el nuestro, principalmente en sus ciudades y dos, el mundo en el que vivimos va camino inexorablemente a ser urbano.

Este proceso de concentración, si se produce en pocos años, en general no es acompañado por una planificación acorde que anticipe los “cuellos de botella” y suele tener costosas consecuencias que en algunos casos pueden ser irreparables. Ahora bien, para ser justos también hay que decir que resulta imposible saber con precisión el incremento demográfico que tendrá que resistir la infraestructura de servicios de una ciudad con la anticipación suficiente como para invertir por ejemplo, en las redes de tuberías necesarias hoy y que resulten las adecuadas en el futuro.

La distribución del espacio, el correcto drenaje y escurrimiento, el cuidado del medioambiente, la conectividad y los medios de transporte, los sistemas de emergencia en gral. y en particular para edificios en altura – Tandil ya tiene unos cuantos y no todos con escalera presurizada o exterior – son algunos de los “detalles muy complejos” que demandan una gran capacidad de gestión y un equipo profesional e interdisciplinario, para una ciudad que crece vertiginosamente. Otros servicios públicos más tradicionales y esenciales como la red cloacal, el agua corriente o el gas natural, también presentan inconvenientes cuando aparecen muchos clientes en poco tiempo y el colapso o la falta de presión, según el caso, de ser esporádicos pasan a ser una constante.

Así las cosas los actuales habitantes de esta ciudad – devenida en ciudad intermedia –  algunos recientemente afincados y otros con dos o más generaciones viviendo en el mismo barrio, sufren los avatares de un crecimiento superior al promedio esperado y que los somete a situaciones extremas tales como inundaciones “cuando antes no ocurría” o “falta de agua durante todo el día” en verano, por falta de presión.

Como tandilenses, ser el destino elegido por muchas familias que quieren radicarse en busca de “calidad de vida” nos enorgullece, aunque también pone al gobierno de turno en un serio compromiso, ya que de mantenerse esta tendencia, la infraestructura proyectada debe contemplar un crecimiento demográfico sostenido y extraordinario, pero también debe encontrar una solución posible al actual déficit que presentan algunos de los servicios básicos.

El desafío es  planificar y proyectar de cara a los próximos 20 0 30 años. Entender la lógica del crecimiento, no es tarea sencilla, como sí lo es transformarse en ciudad caótica. Pero tomar decisiones equivocadas o hacerlo a destiempo, puede configurar un severo condicionamiento a futuro. Así de serio es

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