Policiales

La ex mujer que le había pegado con un palo, pasó por su negocio y le sacó la lengua

11/02/2015

Un caso de violencia de género no muy frecuente –es decir de mujer a hombre- se produjo en la antevíspera en Tandil, como colofón de otros hechos de hostigamiento, y fue denunciado por el propio protagonista de esta incómoda historia.

El comerciante Eduardo Reymundes, tal como lo informó el matutino El Eco, debió denunciar en dos oportunidades en la Comisaría de la Mujer y la Familia a su ex pareja, Alejandra Gabriela Basconcelo, quien en la ante víspera desacató una orden judicial de no acercamiento en un radio de 300 metros, provocando un verdadero escándalo tras la irrupción de la policía. La ex del comerciante pasó por su local -que está en obra- y le sacó la lengua, gesto provocador que desquició al hombre. Según Reymundes también se burló de la nueva pareja del hombre, a la par que describió una situación mucho más densa: Basconcelo ya había atacado a su ex marido con un palo de hockey, logrando golpearlo, hecho tras lo cual se hizo acreedora de la denuncia por agresión, hostigamiento y amenazas.

El hombre, hastiado y preocupado ante el tenor de la situación completamente salida de madre, recurrió a poner en el ágora mediática y ante la opinión pública su delicada situación privada y familiar.

Ante la gravedad del caso, el Juzgado  de Familia estableció una “zona de exclusión” para la iracunda mujer: no poder acercarse al marido en un radio de 300 metros durante 90 días seguidos, pero aparentemente Basconcelo incumplió la orden.

Desde hace un año, según su propia confesión, Reymundes, que tiene uno de sus negocios en España 633, vive una suerte de pesadilla, a raíz de los distintos niveles de violencia de género que viene padeciendo por parte de su ex pareja. El más inefable fue el episodio ocurrido hace cuatro meses a las 2,30 de la mañana cuando la mujer se le apareció en su casa dispuesta a descargar un bate de hockey sobre su cabeza, cuestión que logró realizar en medio de una considerable batahola. También, según su relato, la mujer hostigó a la primera esposa del comerciante, a su socia y hasta a las empleadas de los cuatro locales que el empresario tiene en el centro.

Sin embargo, el último episodio sacó del eje la paciencia de Reymundes: la mujer se paró frente a la vidriera de uno de sus negocios y no tuvo mejor idea que sacarle la lengua. Además de violar la zona de restricción, el hecho pareció desencajar al comerciante, quien volvió a denunciar a su ex pareja por este nuevo episodio de violencia de género, quien además le había enviado agentes del Ministerio de Trabajo e Inspección General. Cuadro que, evidentemente, está desquiciando al comerciante, víctima de una las pocas historias de violencias de género de mujer a hombre que han tomado estado público en nuestra ciudad.

Al respecto, Reymundes dijo que hace la denuncia para cubrirse “porque no sé cómo puede terminar esto”. Luego del nuevo escándalo de la víspera, el comerciante agradeció el gesto tras haber llamado al 101 y que la policía haya acudido de inmediato para ponerlo a resguardo de su irascible ex pareja. La mujer finalmente fue trasladada a la Comisaría Primera por efectivos de esa repartición.

Fotografía: gentileza El Eco

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