Policiales
10/09/2014
Un crimen borgeano ocurrido en febrero de 2011 tuvo su correlato en el inicio del juicio borgeano: la mujer acusada de haber asesinado a Walter David Chami Bazán cuyo cadáver fue hallado en el arroyo Las Calaveras (vaya nombre)- pegó el faltazo en el primer día del proceso donde debía declarar como imputada. Ahora pidieron su captura.
Toda la historia remite a la perplejidad borgeana, incluido el correlato bizarro que tuvo lugar ayer en el Poder Judicial local donde iba a comenzar el juicio: Gabriela Mabel Maldonado dejó a todo el mundo plantado en el crimen de quien fuera su esposo y donde está sindicada por el fiscal cuñado de la víctima- como la responsable del homicidio.
La acusada había zafado de ir a prisión porque la jueza de garantías Stela Maris Aracil no encontró pruebas suficientes y le bajó una carátula suave: encubrimiento. El expediente pasó entonces por un mar de tempestades, que incluyó la competencia sobre el caso, ya que el cadáver de Chami Bazán fue hallado en jurisdicción de Juárez pero finalmente su instrucción se libró en Tandil.
Ayer, tres años después, debía comenzar el juicio pero un hecho que difícilmente registre jurisprudencia local ocurrió para perplejidad de todos, incluidos los jueces, el defensor, el fiscal, el cuñado imputado y hasta la familia del asesinado: la acusada no concurrió a la cita, con lo cual la inaugural audiencia a realizarse en el Tribunal Criminal 1 quedó en la nada. De la sorpresa se pasó a la indignación, pues había severas sospechas de que Gabriela Mabel Maldonado no iba a tener la delicadeza de enfrentar su destino por decirlo elegantemente-, pero la Jueza de Garantías no creyó suficiente que debía detenerla, aún a pesar de los dichos de un testigo que había expresado las intenciones de fuga de la ahora profugada mujer.
Como se recordará, el cadáver Walter Tchami Bazán fue hallado en el arroyo Las Calaveras (Villa Cacique), en avanzado estado de descomposición, y según la hipótesis del fiscal Marcos Egusquiza tras una ardua investigación, la mujer asesinó a su pareja con un elemento punzante en su domicilio. El hecho ocurrió el 12 de septiembre de 2011, y luego, teniendo como cómplice a su hermano, Alejandro Ignacio Lastra, trasladó el cuerpo en el baúl de automóvil ajeno hasta el arroyo Las Calaveras, arrojándolo al agua. El cadáver había sido sujeto a una viga de cemento, envuelto en una bolsa de nylon y amarrado con una cadena que encontraron en el Ford Galaxy hurtado a Daniel Marcos Emiliozzi, quien le había dejado el auto al cuñado de la víctima para la reparación de la instalación eléctrica. El cadáver fue encontrado días después por unos pescadores y su reconocimiento demandó más de un mes de estudios de ADN y otras pericias.
Como se observa, con el episodio de ayer la borgeana odisea del asesinado y su búsqueda de justicia aún sigue su derrotero.
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