Sociedad

Bayer: “Nunca hay que destruir, hay que contar lo cierto y demostrarlo”

23/04/2014

A solo tres meses de estar en el aire por la Eich (93.1), las mujeres de “Por lo menos, pregúntame si quiero”, le regalaron una caricia especial a todos sus oyentes, Osvaldo Bayer al aire, libre y contestatario, nosotros deleitados, escuchando, admirándolo y aprendiendo.

La idea de la entrevista surgió algunas semanas atrás, “por iniciativa de RecoopArte y la Asociación Civil Docentes el escultor Andrés Zerneri visitó nuestra ciudad para comentar sobre un proyecto que lleva en conjunto con Osvaldo Bayer y un numeroso grupo de trabajo, para la realización del Monumento a la Mujer Originaria”, contaba Jazmín Risé, co conductora del ciclo radial..

“Más allá de parecernos una idea movilizadora y sobre todo justa, surgió la idea de poder hablar con Bayer, quien para este grupo de trabajo es un ejemplo a seguir por los valores que pregona y su compromiso ante la verdad, siempre demostrada”, sostenía Maky Seijo, conductora y propulsora del programa.

Unos cuantos llamados telefónicos y a los pocos días el contacto con Osvaldo al otro lado del teléfono, “lo llamamos de Tandil, queríamos hacerle una entrevista para que nos hable del Monumento a la Mujer Originaria, de nuestra identidad como pueblo…”, le comentó Jazmín a sabiendas de que este viejito sabio con cara de bueno, no le aflojaría al bulto, así fue, enseguida confirmó la fecha y en muy poco tiempo ya estamos contando la entrevista como una bella anécdota.

Un proyecto ambicioso

Comienza diciendo, “hace 15 años inició esta historia, comencé a proponer que se saque del centro de Buenos Aires el monumento al General ‘genocida’ Julio Argentino Roca y en su reemplazo se coloque un monumento relacionado con los pueblos originarios”, una restitución simbólica ante tanta violencia sufrida por los verdaderos dueños de estas tierras.

La entrevista se presentaba amena, solo había que mencionar disparadores y luego el protagonista sería Osvaldo.

Todo lo que afirma la demuestra con pruebas, “así se defiende la verdad. Lo ocurrido en la época de la campaña al desierto significó reestablecer la esclavitud en Latinoamérica, está la descripción de los periodistas de aquella época que contaban cuando le sacaban los niños a los indios para venderlos en la plazas, aquellos indios que eran despojados de sus familias, de sus tierras, para luego ser traídos a la gran ciudad”.

La idea también contempla emplazar el monumento en donde se encuentra actualmente un homenaje al General Roca, “el monumento a Roca llevémoslo a la estancia que todavía tiene su familia, que son tierras que recibió luego de la campaña al desierto, queda cerca de Tandil, un poco más al sur. Allí, que los descendientes vean la imagen de su progenitor cada vez que abran la ventana. Porque en la historia no hay que destruir nada, hay que poner lo cierto y demostrarlo”.

“La Sociedad Rural financió la campaña al desierto y luego estos estancieros recibieron millones de hectáreas, allí comenzó el latifundio en nuestro país. Por esto se eliminó a los pueblos originarios, lisa y llanamente para quedarse con sus tierras”, no hay peor  ciego que el que no quiere ver.

 “Mire como seguirá de igual la cosa que el billete más grande que tenemos lleva el rostro de Roca y a San Martín le dimos el chiquito de $5, ahora por suerte parece que la Presidenta nos escuchó y pusieron el de Eva, pero vamos muy lentamente en este avance", comentó con algún escepticismo.

Esto del monumento es solo una acción de todo un movimiento de desagravio que debemos tener con los pueblos originarios, “todavía tenemos que hacer un autocritica con este tema, reconocer el derecho a la vida y por supuesto devolverle tierras comunitarias que no son tantas porque ellos se han reducido muchísimo, también permitirle vivir en su cultura, en su música, en su lenguaje y costumbres y con ese respeto maravilloso que tienen por la naturaleza, algo que no tienen los europeos”.

“Hoy tenemos una ley de restitución histórica pero prácticamente no se cumple, lo mismo con el lenguaje, en la escuela tienen que enseñarle los dos idiomas a los descendientes de aborígenes y tampoco se cumple generalmente”.

Esta realidad estuvo mucho tiempo velada de los libros de historia, por más cruel que sea debía salir a la luz, “esto hay que enseñarlo en las escuelas, no esconderlo como se hizo y mucho menos hacerle un monumento a los genocidas, creemos que es mejor poner allí a quien trajo la vida, que es la mujer de los pueblos originarios. Esta idea del monumento fue aceptada por muchos amigos y hoy ya casi está lista, está quedando hermosísima”, sostiene.

Por qué fue ocultada esta parte de la historia es fácil de descubrir, “el poder sigue en manos de los mismos grupos económicos, lo mismo que los grandes medios de comunicación, estos siguen a favor de Roca”.

Cuentas pendientes

Entre todas sus batallas ganadas podemos encontrar dos escaramuzas que aún no han concluido, pero que por una u otra razón, se le hacen esquivas. Una es contra los homenajes al coronel Federico Rauch, “este señor fue un militar europeo, contratado por el presidente Rivadavia para exterminar a los indos ranqueles, un verdadero asesino”.

A principio de los años ‘60 Bayer comenzó con esta lucha, su reclamo en aquella época le valió 63 días de cárcel, porque un ministro de aquel entonces era bisnieto del genocida. “Hay que leer los partes militares de Rauch, eran nefastos, uno que recuerdo decía, ‘hoy 26 de enero, degollamos a 27 ranqueles para ahorrar balas’, no valía la vida de estas personas”.

La justicia al general le llegó en una hondonada de la llanura, “lo mató un indio llamado Arbolito, quien le cortó la cabeza y se la llevó a la toldería. Hay que leer la crónica de aquel día, los porteños lloraban la muerte de Rauch y lo debieron velar sin la cabeza pobrecito”, deslizó con un dejo de sonrisas en sus palabras.

La otra batalla “demorada” la vive en Balcarce donde se ubica un monumento al General Uriburu, el primer militar golpista de nuestra historia, “es una vergüenza que en Balcarce haya un monumento a Uriburu, hemos hecho una gran campaña con el pueblo pero el intendente no ha resuelto sacarlo todavía, una gran vergüenza”, se lamentó.

Los monumentos y homenajes deben hacerse a personas de bien, “se deben dar a personas con una vida ética, dedicada a los demás y por el verdadero progreso, a esos hay que homenajear, no a los genocidas, a los que mataron gente”, comenta un poco enojado. “La ética debe triunfar y el derecho a la vida”, repitió reiteradas veces.

Soriano, mi gran amigo

El gran Osvaldo Soriano, quien supo vivir una parte importante de su vida en nuestra ciudad, fue uno de sus grandes amigos, con quien compartió editoriales, cafés y muchas horas de charla y debate. “Fue un gran escritor, sentimos mucho su temprana muerte”.

La charla se vuelca a historias del “grupo de los 5”, que conformaban Soriano, Viñas, Rozinchter, Tito Cosa y el propio Bayer.

Hace ya dos años el concejo deliberante de Tandil aprobó poner el nombre de Soriano a una calle de nuestro terruño, “es un gran homenaje, pero también deberían cambiar el nombre a la calle Rauch, porque si no el Gordo no va a querer caminar por esas calles”, comentó sonriendo.

Este tema lo inquieta mucho, “hay que ponerle a las calles y plazas el nombre del primer maestro o del primer médico, que eran personas que se iban a Las Pampas a trabajar, hay que tener en cuenta la moral y la ética para realizar estos homenajes”.

Ya eran casi las 12 horas del mediodía y el siguiente programa debía entrar al estudio, Osvaldo Bayer se despidió de los tandilenses prometiendo algo, que todos sabemos va a cumplir, “acá seguiremos luchando por generar conciencia, yo desde mi humilde lugar que Soriano bautizó ‘El Tugurio’, y cada uno desde su lugar”.

https://www.youtube.com/watch?v=1zLBwz65jZ0

 

 

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